Tener puertas y ventanas de metal oxidadas puede ser un fastidio, pero no te preocupes. ¡Tenemos la solución! Con ingredientes económicos y un poco de entusiasmo, tus aberturas volverán a brillar como nuevas poniendo en práctica estos efectivos trucos de limpieza. Y lo mejor de todo: ¡sin recurrir a productos químicos dañinos!
Sal y limón: El dúo imbatible
Rociar sal sobre las zonas oxidadas y luego añadir jugo de limón es un truco infalible para la limpieza del óxido. Deja que actúen durante unas horas y luego frota con un cepillo de dientes. ¡Verás cómo el óxido desaparece! Limpia la superficie con un paño limpio y listo.
Vinagre: El líquido mágico
Sumerge un paño en vinagre y colócalo sobre las áreas afectadas durante al menos dos horas. Luego, con otro paño limpio, retira los residuos. ¡El metal recuperará su color original! El vinagre es tu aliado contra el óxido.
Bicarbonato de sodio: El abrasivo poderoso
Para la limpieza, prepara una mezcla cremosa con bicarbonato y agua. Aplícala sobre las manchas de óxido y deja actuar unos minutos. Luego, frota con un cepillo de dientes viejo. Finalmente, retira los restos con un paño seco. ¡Admira el resultado!
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En resumen, con estos trucos de limpieza, tus puertas y ventanas lucirán impecables. ¡Dale amor a tus aberturas y disfruta de un hogar reluciente!