Es un enemigo silencioso y perseverante, el insomnio está presente en la vida de muchas personas y suele pasar factura. Según un informe realizado por el Observatorio de Psicología Social de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, más del 75 por ciento de los argentinos sufren algún tipo de trastorno del sueño.
El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente y se hace presente en dos momentos puntuales, a la hora de conciliar el sueño y a medianoche, cuando impide mantener el sueño durante la noche. Aunque no lo parezca, o mucha gente lo minimice, el insomnio además de reducir los niveles de energía, puede llegar a perjudicar nuestra calidad de vida, disminuir nuestra capacidad de atención deteriorando nuestra salud física y mental.
En casos crónicos, el insomnio aumenta el riesgo de tener presión arterial, cardiopatía isquémica, diabetes y cáncer. Los síntomas más comunes suelen ser el cansancio, el dolor de cabeza y la somnolencia diurna. Para intentar evitar o disminuir este trastorno del sueño, podemos seguir una serie de consejos que ayudarán a mantener una rutina del sueño más saludable.
Horarios fijos: Es ideal acostarse y levantarse siempre en un horario fijo, los cambios constantes erosionan directamente sobre nuestra calidad de sueño.
Nada de siestas: Dentro de lo posible, es recomendable no tomar siestas. De no poder evitarlo, se recomienda que sea después de comer y de no más de 30 minutos.
Realizar ejercicio: La actividad física durante el día, preferentemente al menos tres horas antes de dormir, colabora para conciliar bien el sueño.
Nada de actividades en la cama: Leer, ver televisión, comer o charlar por teléfono deben ser actividades que realicemos en otro ámbito. Nuestro cerebro necesita asociar la cama y el dormitorio a la actividad de dormir.
Rutinas previas: Hay que prepararse física y mentalmente para irse a dormir. Ponerse la ropa adecuada, lavarse los dientes o preparar la indumentaria para el día siguiente debe convertirse en una rutina.
Evitar la cafeína: Las bebidas colas, el café, el alcohol y el tabaco, además de perjudicar nuestra salud, no favorecen a conciliar el sueño
Un buen baño: Tomar una ducha a temperatura corporal suele producir un efecto relajante que favorece la llegada del sueño.
Clima agradable: Conseguir que nuestro dormitorio tenga una temperatura agradable y un nivel de luz y ruido mínimo, será de gran ayuda.
Con estos consejos y una buena técnica de respiración, iremos mejorando día a día nuestra relación con el sueño. Un buen descanso, es clave para afrontar la aventura que nos propone cada nuevo día.