El chipá es un clásico que podemos disfrutar en cualquier momento del día y que a diferencia de lo que muchos piensan, su preparación no es nada complicada. Siguiendo unos pocos consejos podemos sorprender a nuestros seres queridos con un delicioso chipá crujiente y repleto de sabor.
El origen del chipá o chipa no está del todo claro, muchos aseguran que es argentino y otros que es paraguayo. Lo cierto es que cuando fue creado aún no existían Argentina y Paraguay tal como los conocemos en la actualidad, ambos territorios formaban parte de España. Lo que sí se puede afirmar, es que esta deliciosa preparación nació en América Latina y perduró en el tiempo conquistando a cientos de generaciones.
Para preparar un delicioso chipá vamos a necesitar los siguientes ingredientes:
500 g de fécula de mandioca
250 g de queso fresco rallado
100 o 150 g de queso semiduro rallado (puede ser queso mozzarella)
2 huevos
100 ml de leche
100 g de manteca o margarina
Sal al gusto
Con todos los ingredientes listos, vamos a seguir los siguientes pasos al pie de la letra para obtener un delicioso chipá para sorprender a tus invitados.
Precalienta el horno a 180°C.
En un bol grande, mezcla el almidón de mandioca con los dos tipos de queso rallado y una pizca de sal.
Calienta la leche y la manteca en una olla hasta que la manteca se derrita por completo.
Vierte la mezcla de leche caliente y manteca sobre la mezcla de almidón y queso. Mezcla bien.
Agrega los huevos uno por uno, integrándolos completamente a la masa.
Amasa hasta obtener una masa homogénea y suave.
Finalmente armamos las bolitas y las colocamos en una placa para horno enmantecada previamente. Luego de 15-20 minutos, obtendremos unos maravillosos chipás para acompañar con mate, gaseosa o cualquier otra bebida. Si nos sobra masa, la misma puede ser congelada (hasta 3 meses).