Una de las plantas más comunes que nos podemos encontrar es el Diente de León. Esta hierba silvestre popularmente conocida como panadero esconde un gran potencial medicinal que se ha utilizado a lo largo de los años.
Por lo general podemos encontrarla en terrenos baldíos o en veredas verdes desprendiendo sus semillas al viento. Sin embargo el Diente de León es una planta medicinal muy utilizada a lo largo de la historia.
Características
El diente de león (Taraxacum officinale) es una planta herbácea perenne de la familia de las asteráceas. Tiene una raíz larga, cónica, vertical y muy ramificada, de sabor agridulce. Sus hojas forman una roseta en la base y están profundamente divididas en lóbulos lanceolados y puntiagudos de un hermoso verde.
Esta planta medicinal no suele crecer más allá de los 35 cm de alto y presenta flores brillantes y de color amarillo intenso. Florece en primavera hasta finales del verano.
Te podría interesar
Propiedades medicinales
El Diente de León ha sido utilizado como planta medicinal gracias a sus propiedades diuréticas, laxantes, depurativas, aperitivas y estimulantes del apetito.
Así el diente de león actúa como fármaco amargo y como coadyuvante en las patologías hepáticas, las colecistopatías y los trastornos de la digestión, especialmente cuando existe una mala digestión de las grasas.
Esta planta, al tener un sabor amargo, favorece a que la persona tenga una excelente digestión y evita la acidez estomacal. También puede ayudar con trastornos digestivos leves, como sensación de plenitud abdominal, flatulencia y digestión lenta.
Se puede consumir en forma de cápsulas de polvo o de extracto seco, ya sea de las hojas de la raíz o mezcla de ambas. También se puede tomar en extracto fluido, es decir, las gotas o en infusión. No obstante, siempre se recomienda consultar a un profesional sanitario antes de tomar esta planta medicinal.