El 2024 será un año importante para la actividad solar dado que, en algún momento del año el Sol invertirá sus polos pasando del norte al sur y viceversa.
Si bien esta variación del Sol no generará un impacto significativo en nuestro planeta, lo cierto es que enciende las alarmas ante la eventual posibilidad de una tormenta solar.
En base a los estudios de la ciencia, el Sol cambia de un ciclo cada 11 años donde la actividad solar va modificando su intensidad. En este caso, entró en una época de alta actividad la cual llegará a su punto máximo en el 2024.
La cuestión principal es que, si bien el cambio de los polos magnéticos no repercutirá demasiado en la vida de la Tierra (quizás algunas alteraciones climáticas), lo cierto es que este fenómeno podría ser la antesala para lo que se conoció como “la gran tormenta”.
En el año 1859, sucedió un hecho sin precedentes para la época. Una potente tormenta solar impactó contra el planeta consiguiendo vulnerar el campo magnético, causando un apagón total. El hecho fue conocido como el Evento Carrington.
Ante el impacto de los vientos solares (en medio de un ciclo de marcada actividad solar) las comunicaciones de la época (donde predominaba el telégrafo) quedaron obsoletas y a punto de fundirse. Este antecedente es el que pone de sobre aviso a la comunidad científica.
Consecuencias alarmantes
A partir del 2008, los científicos comenzaron a pensar cuales serían las consecuencias ante la posibilidad de un impacto del tamaño del Evento Carrington, partiendo de que las comunicaciones de hoy en día son mucho más complejas que las de 1859, más aún en mundo que depende de ellas cada vez más.
En cuanto a las probabilidades, los estudios revelan que este fenómeno sucedió justo al final del ciclo solar, por lo que los expertos buscan explorar el Sol más a fondo para poder prever un evento similar y prepararnos a tiempo.