Los geranios son plantas maravillosas que, con la floración constante, pueden embellecer cualquier espacio exterior. Pero, ¿sabías que con algunos cuidados simples puedes hacer que produzcan aún más flores? Sigue leyendo y descubre cómo lograr una abundante y deslumbrante floración.
Riego
El geranio, originario de Sudáfrica, necesita una humedad moderada para prosperar. Es crucial revisar el sustrato antes de regar: solo cuando esté completamente seco deberías darle agua. Evita mojar las hojas y flores para prevenir enfermedades. Los expertos recomiendan regar dos veces por semana en verano y reducir a una vez por semana en invierno. ¡Mantén el sustrato seco para evitar el encharcamiento y la pudrición de las raíces!
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Poda
La poda es esencial para que tus geranios se mantengan saludables y floridos. Elimina las flores secas, ramas débiles y hojas marchitas para que la planta pueda concentrar su energía en producir nuevas flores. Además, podar ayuda a controlar su crecimiento rápido. El mejor momento para podar es a finales del invierno o principios de la primavera. ¡Tus geranios te lo agradecerán con una floración exuberante!
Iluminación
La luz es fundamental para el crecimiento y desarrollo de los geranios. Necesitan mucha luz para producir una gran cantidad de flores. Coloca tus plantas en un lugar iluminado donde reciban unas 6 horas de luz solar al día. Evita la exposición directa al sol durante las horas más calurosas del verano. Demasiada sombra puede reducir la cantidad de flores, ¡y nadie quiere eso!
Si aplicas estos cuidados esenciales, verás cómo tus geranios se llenan de espectaculares flores de colores vibrantes. ¡Haz que tu terraza, balcón o jardín se conviertan en el centro de atención!