Las plantas disponen de un mecanismo de defensa natural para protegerse ellas mismas de situaciones de estrés, el cuál puede ser causado por muchas variables como enfermedades, plagas o microorganismos. Otros de los factores que tienen suma injerencia en su desarrollo, son los ambientales, como la temperatura, la humedad y la luz.
Los expertos en jardinería aseguran que el sistema inmunitario de las plantas se puede fortalecer, consiguiendo que sea más difícil que se enfermen y haciendo que se recuperen más rápido. Su resistencia puede mejorar de varias maneras, y a continuación, te contaremos 4 tips que te serán de mucha ayuda para lograrlo.
Elije un buen abono
Cuando nosotros fertilizamos las plantas con nitrógeno con frecuencia, ellas generan demasiada producción de azúcar. Esto termina atrayendo a las plagas como pulgones y moscas blancas que pueden ser nocivas para ellas.
Por eso, lo mejor para las especies del jardín, es abonarlas con regularidad utilizando compost, estiércol y humus de lombriz.
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Luminosidad
Para que la producción de fotosíntesis de las plantas funcione correctamente, es vital una buena radicación solar, pues así su mecanismo de defensa se activará.
Por eso, antes de plantarla o de colocarla en maceta dentro del hogar, primero debemos averiguar qué tipo de luminosidad necesita. Si ubicamos las especies en lugares donde no corresponde, pueden sufrir de etiolación, lo que significa que se estiran por demás intentando llegar a una fuente de luz y esto a la larga, las termina matando.
Riego justo
Si las plantas sufren de sequía, sus paredes internas se debilitarán, lo que las hará propensas a que ingresen bacterias y microorganismos. Y si el suelo está saturado con agua, las especies de nuestro jardín tendrán menos oxígeno, lo que favorece la llegada de hongos.
Una buena manera de darnos cuenta cuando necesitan agua, es colocar el dedo dentro del sustrato. Si sale seco significa que ya podemos regar, pero si se mantiene húmedo y lleno de tierra, es mejor esperar.
Poda
Por último, debemos tener en cuenta podar las hojas, raíces o flores, que están en descomposición o que tiene demasiada humedad, pues esto ayudará a que las plagas o bacterias no invadan toda la especie.
De esta forma, las plantas podrán absorber más nutrientes, tomarán fuerza para crecer, mejorarán su floración y serán menos propensas a enfermarse.