Tras confirmarse la salida de Boca Juniors, Valentín Barco rompió el silencio y contó su versión de los hechos que lo llevaron al Brighton de Inglaterra. El Colo advirtió que desde su lado hubo intención de renovar pero el Consejo de Fútbol, luego de pedirle una propuesta, no le atendió el teléfono. Además, le contestó con dureza a Raúl Cascini, quien lo había acusado de ser un desagradecido.
El joven que se encuentra entrenando bajo las órdenes de Javier Mascherano en la Selección Argentina Sub-23, habló con ESPN y dejó frases contundentes sobre su salida de Boca Juniors: “Siempre desde un principio le dije a mi representante que no quería ejecutar la cláusula, que quería dejar un porcentaje a Boca, fue el club que me dio todo de un comienzo, soy muy agradecido. Al no llegar a un acuerdo y de mi parte pensar que lo mejor es emigrar para seguir creciendo, decidimos eso”.
El joven de 19 años, quien con su juego llevó al Xeneize a disputar la final de la Copa Libertadores de América, añadió: “La decisión que tomé no tiene nada que ver, lo tomo pensando en lo mejor para mi carrera, mi familia y mi futuro. Mi relación con ellos (el Consejo de Fútbol) era normal, no tomé la decisión pensando en la relación que teníamos”.
Por su parte, Raúl Cascini, integrante del Consejo, había declarado el sábado antes del amistoso que Boca disputó en Salta con dureza contra el habilidoso zurdo: “Quisimos renovarle de vuelta por cuatro años más, queríamos que Valentín siguiera creciendo en nuestro club, que siguiera aprendiendo, pero bueno... A veces, hay que ser agradecido en la vida. Las cosas pasaron como pasaron”.
El Colo Barco recogió el guante y le respondió sin anestesia al dirigente Xeneize: “No lo había escuchado, me habían sorprendido en la puerta del predio (de la AFA), después lo busqué y lo escuché en el vestuario. Ser desagradecido sería irse libre, tuve esa posibilidad, ahora me estoy yendo dejando plata al club. No me pegó para nada porque no soy así, ni mi familia ni mi entorno”.
Llamada perdida
El Colo Barco, con el mismo desparpajo con que elude rivales dentro del campo, dejó en claro que si desde el lado de Boca hubiese habido otra actitud, tal vez, su destino seguiría estando en Brandsen 805: “A mí no me presionaron de ningún lado. Sabíamos que para seguir creciendo en este momento pensamos que es lo mejor (emigrar al fútbol europeo), pero capaz si me contestaban el teléfono (el Consejo de Fútbol), hoy no estábamos teniendo esta charla y yo seguía en Boca”.