Sebastián Mascherano, hermano de Javier, emblema de la Selección Argentina que supo brillar como jugador en River Plate, Barcelona y Liverpool de Inglaterra, contó su compleja historia de vida. Sebastián, de 46 años, reconoció su problema con las adicciones y hoy brinda charlas para ayudar a otras personas con sus mismos problemas.
En el programa de Mariana Fabbiani de América TV, el hermano del hoy entrenador expresó: “Hoy soy un enfermo rehabilitado que puede cambiar el estilo de vida”. La dura experiencia vivida motivó al hermano del “jefecito” a escribir un libro para que sus vivencias lleguen a todas las personas posibles.
“El infierno tan temido, historia de un sobreviviente” es el nombre del libro en el que Sebastián confiesa su calvario y su lucha contra las adicciones. En el “Diario de Mariana”, Sebastian entregó un sincero y complejo testimonio: “A los 46 años y con 11 años de rehabilitado, pude aprender todo en base a esta enfermedad y no se cura. Aquel que se enferma con las drogas y el alcohol lo va a llevar toda la vida. Soy un enfermo rehabilitado que pudo cambiar el estilo de vida. Tuve que aprender nuevamente. Recién cuando tomé la gran decisión en marzo de 2012 de dejarme ayudar, llegué a una comunidad terapéutica y pude entender de qué se trataba”.
El rol vital de la familia
El apoyo de la familia resultó ser uno de los bastones sobre los que Sebastián se apoyó para poder encontrar la salida a sus problemas. El camino de la recuperación es largo y sinuoso: “En el transcurso de la internación, desde marzo de 2012 a septiembre de 2013, me tuve que hacer una prueba de ADN y fue fruto de un nacimiento de una hija. Uno mirando para atrás se da cuenta que fue producto de no poder pensar. Ves que pasaron los años y no estuviste en los momentos de sus cumpleaños, de que cuando aprendieron a andar en bicicleta. Recién cuando uno se empieza a limpiar, logra ver que el corazón se empieza a ablandar. De cada 10 personas, hay ocho que no pueden recuperarse”.
“Yo fui un empresario de la noche. Cuando empecé a consumir Javier tenía 9 años y luego pasar a segundo plano no me gustó. Cuesta mucho pasar a ser el hermano de” confesó Sebastián, quien hoy recuperado y con las metas claras dejó atrás la tormenta y busca ayudar a quienes están pasando por lo mismo.