A la hora de la decoración del jardín, el lisianthus es una hermosa planta que te ayudará aportando los bellos tonos que se desprenden de sus flores, llenado tu lugar favorito de colores y vida.
Esta planta tiene la particularidad que sus flores son similares a las de las rosas, solo que pueden brindar una amplia paleta de colores que van desde el blanco hasta el azul, rosa o morado, siendo esta una característica muy atractiva para los paisajistas.
Cabe mencionar que el lisianthus es una planta originaria de América del norte donde puede llegar a crecer de manera silvestre, al igual que en algunas zonas de América Central. Sin embargo, requiere de una serie de cuidados para conseguir que decore tu jardín con sus mejores flores.
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Si quieres agregar esta bonita especia floral a la decoración de tu hogar, a continuación te dejamos algunos consejos para garantizar su evolución hasta conseguir los mejores colores del lisianthus.
Cuidados
En cuanto a los cuidados del lisianthus vamos a mencionar que esta planta no es de las más sencillas de mantener y requiere de que conozcamos un poco más de su especie para que no perezcan en el intento.
Una de las principales recomendaciones a tener en cuenta es que esta planta no tolera los extremos en cuanto a la temperatura. Por un lado, el calor intenso y sol directo podrían dañar sus flores, a la vez que sufre demasiado con las bajas temperaturas.
Es por ello que a la hora de plantarlas en el jardín debes tener en cuenta el lugar perfecto, donde preferentemente reciba luz de semisombra. No obstante, son perfectamente adaptables a su cultivo en maceta, lo que te beneficiará a resguardarlas del frío en la época más dura del año.
Por otro lado, el lisianthus requiere de un suelo drenado preferentemente con un PH alcalino (que varía entre los rangos de 5,6 o 7) y en cuanto al riego, no soporta los encharcamientos aunque si requiere de la humedad para que muestra sus mejores flores.
Una floración impresionante
Sin dudas que el atractivo mayor del lisianthus se lo llevan sus hermosas flores, las cuales aparecen durante la temporada de primavera y verano.
Este proceso puede llegar a ser bastante largo y si bien desarrolla arios capullos, lo cierto es que va florando de manera escalonada. Además, se suma la particularidad de que, una vez cortadas las flores, los tallos continuarán creciendo.
Para potenciar la aparición de las flores en tu lisianthus, puedes ayudarla con una fertilizante a base de potasio y nitrógeno en la época de calor, reduciendo sus dosis para la llegada del otoño invierno.
Cómo multiplicar los Lisianthus
El lisianthus es una planta muy apreciada por sus hermosas y delicadas flores, que se asemejan a las rosas o a las peonías. Sin embargo, no es una planta fácil de cultivar, ya que requiere unas condiciones específicas de temperatura, luz y riego. Si quieres disfrutar de sus bellas flores en tu casa, te recomiendo seguir estos consejos:
Maceta: Elige una maceta adecuada para el tamaño y la variedad de lisianthus que quieras cultivar. Por ejemplo, el lisianthus Sapphire necesita una maceta de unos 8 a 10 cm de profundidad, mientras que las variedades más grandes, como Florida, Lisa o Forever, necesitan una profundidad levemente superior que oscila en la franja de 10 a 15 cm. Asegúrate de que la maceta tenga agujeros de drenaje en el fondo y coloca un platillo debajo para recoger el exceso de agua.
Sustrato: Llena la maceta con una tierra suelta y bien drenada, que tenga un pH en valores que rondan entre 6,5 y 7. Si bien para mantener el pH adecuado puedes usar una mezcla comercial para macetas, recuerda que preparar tu propia mezcla solo requieres turba, perlita y arena.
Consigue un plantín: Dado que cultivar a partir de las semillas es un proceso algo complejo en este apartado te sugerimos que para incorporar esta hermosa planta con flores en tu jardín en la primera oportunidad compres un plantín en un vivero o comercio especializado. Sus semillas son muy pequeñas y tardan mucho en germinar, además, necesitan para desarrollarse una temperatura constante de unos 25 ºC y un alto nivel de humedad para brotar. Por eso, se sugiere que comiences con una planta ya crecida que puedas adquirir en un vivero o comercio especializado, y más adelante podrías probar con la técnica de reproducción por esquejes.
Agrega el plantín en la maceta: Haz un agujero en el centro de la maceta y coloca el plantín con cuidado, sin dañar las raíces. Rellena el agujero con la tierra que habías apartado y presiona ligeramente para fijar el plantín. Y, al regar por primera vez, riega la planta hasta que el agua salga por los agujeros de drenaje.
Ubica a la maceta en el mejor lugar: Coloca la maceta en un lugar donde reciba luz solar indirecta o filtrada por una cortina fina. El lisianthus no tolera el sol directo ni la sombra total. La temperatura ideal para su crecimiento es entre 18 y 24 ºC durante el día y entre 12 y 16 ºC durante la noche. Evita los cambios bruscos de temperatura y las corrientes de aire.
Riega el lisianthus regularmente: La tierra debe estar siempre húmeda, pero no mojada. Una forma de comprobarlo es introducir un dedo en la tierra hasta unos 2 cm de profundidad. Si sientes la tierra seca, deberías rociar la planta. Nunca riegues las hojas ni las flores, solo la base de la planta.
Fertiliza tu planta: Abona el lisianthus cada dos semanas con un fertilizante líquido rico en potasio, para lograr favorecer la floración. Puedes para ello encontrar productos en tiendas especializadas o bien probar con un abono natural.
Poda tu planta: Cuando termine la floración, poda tu Lisianthus cortando los tallos secos o marchitos con unas tijeras limpias y afiladas. Esta actividad, estimulará el crecimiento de nuevos brotes y flores. También puedes cortar algunas flores para hacer ramos o arreglos florales, ya que duran mucho tiempo en agua.
Protégela de plagas y enfermedades: Esta planta y sus flores pueden ser afectadas por pulgones, trips, ácaros, moscas blancas, el mildiú polvoroso, la botritis o la fusariosis. Para prevenirlos, mantén una buena higiene de la planta y del sustrato, evita el exceso de humedad y ventila bien el ambiente. Si detectas algún síntoma, aplica un producto adecuado según el tipo de plaga o enfermedad.