El mundo del siglo XXI nos propone muchas veces una vida a las corridas con grandes y variadas dosis de estrés diarias que pueden desencadenar otro tipo de malestares. Si bien existen muchas “curas” para reducir estos niveles, la ciencia asegura que cuidar de una mascota podría ser una opción más que saludable.
Según la Universidad de Oxford, se pudo determinar con argumentos propuestos por la ciencia que la interacción con un perro o un gato puede ser muy beneficiosa para la salud.
En ese sentido, los estudios sugieren que pasar tiempo de calidad con estos animales, reduce los niveles de cortisol, la hormona encargada de producir y generar el estrés en nuestro cuerpo.
Cabe destacar que este no fue el único análisis científico realizado para arribar a esta conclusión sino que a ello se le suman las investigaciones realizadas por varios organismos dedicados a estudiar la interacción entre los animales y la raza humana.
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Por ejemplo, la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) ya había adelantado años antes que tanto peros como gatos son una excelente fuente de apoyo emocional para las personas.
Esto se debe a que poseen una gran capacidad para proporcionar afecto, cariño y empatía a sus dueños, sin la posibilidad de juzgar (como podrían hacer otros humanos) y a la vez, sin verse afectados por el entorno.
Inseparables
A todo esto, también se suman algunas encuestas realizadas en la época de pandemia, donde los resultados arrojaron la prueba de que el confinamiento ayudó a fortalecer los vínculos entre las mascotas y los dueños, volviéndose un punto clave para superar esta etapa de incertidumbre social.
Así que, si estas dudando ante la posibilidad de adoptar un perro o un gato para convivir, la respuesta que nos deja la ciencia es que te animes, seguramente ellos harán que tu vida sea mucho mejor de lo que es ahora.