En las cocinas un producto infaltable es el ajo, ya que por su aroma y el sabor característico de esta planta, termina siendo un ingrediente fundamental en la composición de la mayoría de las recetas que preparamos a diario.
Pese a su importancia de su uso culinario, pocos sabían que cuando compramos una cabeza de ajo, además de utilizarla en las comidas podemos también aprovechar para cultivar nuestra propia planta de ajo en casa.
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, según los expertos en jardinería, las estaciones frías del año son el momento ideal para poder dar inicio a su cultivo gracias a este sencillo truco.
La clave de esta técnica está en aprovechar cada parte de este valioso producto que se cultiva en distintas partes del mundo, motivo por el cual a continuación te indicamos cómo aprovecharlo al 100%.
Te podría interesar
Lo primero que debemos hacer es cortar cada diente de ajo a un centímetro de la base, que será desde donde luego brotarán las primeras raíces. La parte restante la utilizamos de manera habitual en nuestras comidas.
Posteriormente, en una bandeja de plástico con perforaciones en la base colocaremos tierra negra, hasta que alcance una altura aproximada de seis centímetros y colocamos allí las bases de nuestros ajos recién cortados, con la precaución de hacerlo siempre con la parte del corte hacia arriba.
Luego de ubicarlas en la bandeja con un mínimo de distancia entre ellas, realizaremos el riego, el cual podremos detectar que es suficiente cuando el líquido comience a filtrar por los agujeros del recipiente plástico empleado.
A continuación, debemos colocar el recipiente en un lugar en donde reciba una buena dosis de luz del sol. Aquí es importante mencionar que, tal como dijimos en el inicio, las estaciones frías son ideales para iniciar el cultivo de esta planta debido a que necesita días de mucho frío para comenzar a echar raíces.
No obstante, una vez que ha producido una buena cantidad de raíces y de hojas, necesitará días cálidos y mucho sol para continuar con su desarrollo.
Finalmente, cuando las hojas de nuestros ajos alcancen los seis centímetros de altura y se encuentren bien enraizados, debemos realizar el trasplante para que pueda continuar con su crecimiento en un lugar definitivo.
De esta manera, aplicando este sencillo truco obtendremos numerosas plantas de ajo a las cuales debemos efectuarles los cuidados necesarios para que puedan continuar multiplicándose en la huerta o el jardín.
Cuidados de la planta
Lo ideal será sembrar nuestros ajos en un lugar con mucho sol, ya que esto será fundamental para poder impulsar el crecimiento de sus raíces y sus hojas.
Por otro lado, debemos aplicar riegos con frecuencia de manera que el sustrato se encuentre siempre bien húmedo, tal como le gusta a esta especie.
En este punto, debemos prestarle atención a su crecimiento, ya que si la planta de ajo está creciendo muy pequeña, quizás sea porque el suelo necesita una mayor hidratación, pero debe ser con precaución, ya que si la tierra tiene un riego excesivo puede favorecer la aparición de enfermedades.
En conclusión, siguiendo estos simples cuidados, tus plantas de ajo lucirán siempre sanas y fuertes, lo que te permitirá abastecerse de este preciado alimento para sus diferentes usos.