El Aloe arborescens, es una suculenta de las más cultivadas alrededor del mundo, de hecho se cree, que su cultivo es superior en volumen al Aloe Vera. Su popularidad, se debe a que tiene una extensa lista de cualidades curativas y medicinales.
Lo cierto es que a esta suculenta nativa de la costa suroriental africana, le podemos dar una gran cantidad de usos, y sus beneficios son tan notables, que de seguro vas a querer tener una en el jardín. Por ello hoy, te traemos una guía de características y cuidados del Aloe arborescens o Aloe Candelabro para que se mantenga en óptimas condiciones y se desarrolle siempre sana y fuerte.
Se trata de una especie arbustiva suculenta que puede alcanzar los tres metros de altura y cuyas hojas son de forma triangular, ligeramente cóncava, extendiéndose hasta llegar a los 60 centímetros de largo.
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Al mismo tiempo, sus hojas de color verde intenso, el cual puede variar dependiendo de la cantidad de luz que reciba la planta, son bien afiladas debido a sus bordes espinosos y firmes que apuntan hacia adelante.
Por otro lado, una de las más bonitas características de estas plantas son sus flores, las cuales brotan al final del otoño y principios del invierno, ya que están compuestas por densos racimos en forma cilíndrica que pueden llegar a medir hasta 40 centímetros de altura.
Incluso, estas flores de color rojo intenso son las preferidas de muchos tipos de aves, que atraídas por su néctar se posan sobre ellas, por lo que se trata de una especie que se destaca por favorecer la polinización.
Además, pocos saben que a esta especie de aloe se le atribuye haber salvado los hogares de los incendios forestales causados en California hace algunos años atrás, ya que por el 80% de líquido que acumulan sus hojas, el fuego no pudo propagarse y alcanzar algunas viviendas que tenían cultivada esta especie en su jardín.
Lo cierto es que para que esta suculenta, se vea siempre radiante, es necesario aplicar unos mínimos cuidados debido a su notable resistencia.
Sustrato, ambiente e iluminación
Para lograr un desarrollo óptimo, necesita de un terreno con buen drenaje, preferentemente los suelos arenosos la favorecerán. Ten en consideración revisar regularmente la tierra y evitar que se formen encharcamientos por acumulación de agua o exceso de riego.
En cuanto a la iluminación, esta suculenta requiere una buena dosis de luz solar directa para poder crecer en su máxima expresión, aunque en la recomendación de los expertos, se sugiere que sea ubicada en sitios de semisombra. No obstante, revisa que sus hojas se mantengan verdes, ya que, cuando se tornan de un color marrón significa que no recibe suficiente luz.
Riego y Abonado
Al igual que otras variedades del Aloe, precisa de un riego semanal en verano y cada 15 días en invierno, ya que por el líquido que acumulan sus hojas carnosas, puede soportar sin problemas los periodos de sequía. Asimismo, no necesita ser abonada, ya que con utilizar fertilizantes apropiados durante la primavera, será suficiente para que obtenga buen crecimiento.
Propagación y Cultivo
Esta suculenta, puede multiplicarse a través de sus propias semillas, así como también por retoños, brotes, hijuelos o esquejes, los cuales suelen aparecer en la base de la planta.
En conclusión, siguiendo estos consejos de cuidados, podrás tener la seguridad de que tu planta de Aloe arborescens se mantendrá esplendorosa en cualquier rincón de tu jardín, donde su apariencia la lleva a convertirse en una de las más bonitas de su tipo.
Beneficios medicinales
Debido a sus múltiples propiedades medicinales, comúnmente se utiliza esta planta para tratar quemaduras y heridas de la piel, para fortalecer el sistema inmunológico, para favorecer la elasticidad de la piel y reducir las arrugas y para el cuidado del cuero cabelludo y del pelo.
En definitiva, por este y otros múltiples usos beneficiosos que le podemos dar a esta planta de aloe, es prácticamente una certeza que ahora querrás incluirla en el jardín de casa para aprovechar al máximo todas sus propiedades medicinales.