La investigación astronómica ha ido en aumento en las últimas décadas y, buscando apaciguar su curiosidad y ampliar su conocimiento, la humanidad pone a disposición toda su tecnología para llegar a los confines más remotos de nuestro Sistema Solar. En ese sentido, la investigación sobre el Sol ha recogido nuevos datos en estos días.
El Telescopio Solar Daniel K Inouye (DKIST) ubicado en el Observatorio de Haleakala, en la isla hawaiana de Maui, ha logrado tomar increíbles fotografías del Sol, con el objetivo de conocer mejor a nuestra estrella madre.
Siendo el verdadero centro de nuestro sistema y por ende, responsable de la vida en nuestro planeta tal cual la conocemos, el Sol es una de las materias de investigación más desafiantes para la ciencia.
Es por ello que la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF) de EEUU envió al DKIST para su investigación, siendo el mayor telescopio solar del mundo con una apertura de cuatro metros.
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Con este tipo de tecnología a su disposición, los científicos han podido recolectar evidencias fotográficas de los movimientos del plasma del Sol, algunos detalles de las áreas de manchas solares y las zonas convectivas de esta estrella.
Esta investigación ayudará a la comunidad científica especializada a comprender por qué se forman las manchas solares, al igual que comprender el misterio que encierra su poderoso campo magnético o las causas de las tormentas solares que ocurren durante las llamaradas del Sol.
Proyección a futuro
Las imágenes del Sol proporcionadas por el DKIST abren un abanico de posibilidades para la investigación, dado que recién se encuentra en la "fase de puesta en servicio", o sea en la etapa preparatoria para funcionar a su máxima potencia.
No obstante, logró tomar con cierta precisión una serie de manchas solares de gran tamaño (incluso algunas más grandes que el planeta Tierra) sumando información nueva y relevante sobre la creación de fenómenos explosivos como las erupciones solares que pueden llegar a afectar a nuestro mundo.
En ese sentido, los científicos se mostraron muy optimistas en la recolección de datos y se preparan para ampliar los conocimientos sobre el Sol, el cual hace unos años entró en un ciclo de inversión de los polos solares que tarda su pico el 2025.