Existen abrazos de varios tipos. A veces los damos de manera indirecta, sin darnos cuenta, cuando pasamos el brazo por los hombros de una persona estando a su lado, o también de forma más intensa y prolongada. Pero según la ciencia, hay uno que es el perfecto y que nos hace más felices.
Para demostrar la importancia de los abrazos en la salud emocional de los individuos, la ciencia se apoyó en un grupo de psicólogos londinenses que realizó un estudio que puso a prueba a un numeroso grupo de personas recibiendo distintas formas de abrazos y duraciones. Luego, valoraron que sentían después de eso.
Este trabajo se llevó a cabo en el laboratorio de la Universidad de Londres y contó con la colaboración de unos 50 estudiantes universitarios. Fue previo a la pandemia.
Durante el procedimiento, los alumnos estuvieron con los ojos tapados, y fueron recibiendo abrazos de corta y larga duración y de estilos diferentes. Como, por ejemplo, abrazos entrecruzados, abrazos por el cuello, la cintura, y la combinación de ambas.
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Tras realizar el experimento, los psicólogos descubrieron que los abrazos perfectos duran entre 5 y 10 segundos y que eran más agradables que las de 1 segundo. Además, concluyeron en que la posición de los brazos no afectaba el placer que recibía la persona abrazada.
En el estudio también se determinó que cuando el abrazo es voluntario, las personas liberamos las hormonas del amor, la oxitocina, del placer, la dopamina, y de la felicidad, las endorfinas.
Además, que somos invadidos por emociones positivas que nos conectan con la otra persona de una manera más intensa, ayudando a aliviar el dolor y el estrés de ambos.
Los expertos en psicología también demostraron que hubo bastantes diferencias entre el género masculino y el femenino. El 82% de los hombres se decantaron por los abrazos prototípicos o entrecruzados.
En tanto, la contraparte femenina optó más por el de cuello o cintura, independientemente del género de la persona a la que estrujaron.
Cuántos abrazos necesitamos
Según la ciencia, los adultos necesitamos cuatro abrazos durante el día para ser más felices y para liberarnos de las tensiones, mientras que los niños necesitan muchas más, un mínimo de 12 diarios para además de sentirse contenidos también protegidos.