El romero, también conocido como Salvia rosmarinus, es una planta perenne originaria del Mediterráneo, perteneciente a la familia de las lamiáceas. Con hojas pequeñas, verdes y aromáticas, y flores azules o blancas que florecen en primavera y verano, esta versátil planta puede alcanzar hasta 2 metros de altura, siendo utilizada tanto como planta ornamental como en la cocina y como remedio natural.
Hoy te queremos revelar el secreto para multiplicar esta planta magina en la comodidad de tu hogar. En esta guía paso a paso, te explicaremos cómo puedes reproducir tu propio romero mediante esquejes sumergidos en agua.
Esta planta tiene propiedades antioxidantes que combaten el envejecimiento celular, acción antiinflamatoria y analgésica que alivia dolores de cabeza, musculares y articulares. Además, el romero actúa como estimulante del sistema nervioso, mejorando la memoria, la concentración y el ánimo.
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Pero eso no es todo, este prodigioso arbusto también se destaca por ser un antiséptico y expectorante, combatiendo infecciones respiratorias y facilitando la eliminación de mucosidad. Sus propiedades digestivas y carminativas favorecen la digestión y previenen gases intestinales, mientras que su acción diurética y depurativa contribuye a eliminar toxinas y líquidos retenidos en el cuerpo. Además, como regulador hormonal, el romero equilibra el ciclo menstrual y alivia los síntomas del síndrome premenstrual o la menopausia.
Te invitamos a conocer como multiplicar esta planta en tu propio espacio, transformando tu entorno y enriqueciendo tu bienestar.
Reproducción de romero por esquejes de agua
El romero es una planta que se puede reproducir por semillas, por división de mata o por esquejes. Los esquejes son fragmentos de tallo de la planta que se cortan y se introducen en un medio adecuado para que desarrollen raíces.
En este caso lo haremos en agua, asique se necesita un vaso o recipiente transparente con agua limpia y un lugar bien luminoso, aunque sin sol directo.
Para conseguir el esqueje hay que recortar un pequeño gajo de 10 a 15 centímetros de largo. Una recomendación es buscar el tallo más grueso.
Sobre el tallo hay que realizar un corte en la base de nuestra planta, preferentemente de manera oblicua con unas tijeras previamente desinfectadas.
Después, pasaremos a despejar la parte inferior (de 5 a 7.5 centímetros aproximadamente) donde se deben retirar las hojas de la planta dejando al descubierto su tallo leñoso. De esta manera, los esquejes estarán listos ser sumergidos en agua.
Para reproducirlo tomamos el vaso y lo llenamos de agua. Ponemos el extremo del tallo, evitando que toque el fondo del recipiente y ponemos el vaso en un lugar iluminado, evitando las corrientes de aire y los cambios de temperatura.
Para mantener el esqueje en buenas condiciones hay que cambiar el agua cada 3 días, de esta manera el agua se mantendrá limpia y bien oxigenada.
Después de 2 semanas, el tallo comenzará a mostrar pequeños bultos de color blancuzco que a través de los días se convertirán en las primeras raíces de la nueva planta.
Cuando las raíces hayan alcanzado al menos unos 5 a 7 centímetros de largo se puede pasar a tierra con un sustrato ligero y con buen drenaje.
Por último, te recomendamos regar la planta con moderación hasta que el romero se adapte de manera adecuada.