La credibilidad de la monarquía española pende de un hilo y esto se debe al escándalo que se desató luego que Jaime del Burgo, ex cuñado de la reina Letizia, revelara que habría tenido un amorío con la monarca antes y después de su boda con el rey Felipe VI.
Sin embargo, esa impactante revelación que fue publicada en el libro “Letizia y yo”, fue solo el puntapié inicial, ya que horas más tarde surgió un informe que pone en duda la paternidad de Felipe VI sobre las hijas que tiene en común con la reina Letizia.
El estreno del mencionado libró sacudió por completo al palacio de la Zarzuela, ya que expuso unos supuestos secretos de la monarca que la dejan muy mal parada y hasta sería un “jaque mate” para la institución.
Lo que pasa es que, además de la relación amorosa que la monarca habría mantenido con Del Burgo, el esposo de su hermana, a la reina se la acusa de haber mentido sobre la paternidad de sus hijas, Leonor y Sofía.
Ante esto, diversos sitios españoles sostienen que el revuelo mediático que se desató llevó a pedir al rey emérito Juan Carlos I pruebas de ADN que confirmen o desmientan tales especulaciones.
Incluso, hay quienes aseguran que ya se habría filtrado una supuesta prueba de ADN que indicaría que las niñas no son hijas del rey Felipe VI, lo que claramente provocaría un cambio rotundo en la monarquía, puesto que no habría herederos al trono.
Silencio absoluto
Lo llamativo es que ante el escándalo de infidelidad y las dudas sobre la paternidad del rey, nadie de la corona española ha salido a desmentir tales versiones y, por el contrario, todos se han inclinado por el silencio, dando lugar a que continúen las especulaciones.
Al mismo tiempo, se supo que pese al escándalo que tiene a la monarquía española en el ojo de la tormenta, la familia se reunió para celebrar los 60 años de la infanta Elena, la primogénita de Juan Carlos I y Sofía de Grecia.
Este festejó provocó el incómodo encuentro entre Letizia y el rey Juan Carlos I, a quien gran parte de la población acusa de ser el artífice del ataque a la monarca, debido a que jamás la quiso como parte de la familia real.