Novak Djokovic y Rafael Nadal tienen una particular relación en la que uno trata de diferenciarse del otro. No es novedad que entre las dos superestrellas del mundo del tenis no hay buena onda. La rivalidad se fue incrementando a paso firme desde el primer encuentro entre ambos allá por el año 2006. Luego de la final en la que el serbio venció a Grigor Dimitrov por 6-4 y 6-3, Nole volvió a marcar diferencias con el español.
Unas semanas atrás Rafael Nadal volvió a hablar sobre su actualidad y explicó sus planes futuros. Además, el ganador de 22 Grand Slam se refirió a la supuesta obsesión del serbio por ser el máximo ganador y expresó: “Para él habría sido una frustración más grande no conseguirlo. Quizás por eso mismo lo ha conseguido. Ha tenido la capacidad de querer, ha llevado la ambición al máximo” y añadió marcando diferencias con Djokovic: “Yo he sido ambicioso, pero con una ambición sana que me ha permitido ver las cosas con perspectiva, no estar frustrado, no cabrearme más de la cuenta en la cancha cuando las cosas no iban bien”.
Evidentemente las palabras emitidas por el mallorquín, no cayeron del todo bien entre los protagonistas del circuito y en especial en Novak Djokovic, quien aguardó pacientemente su momento para responderle al español. Luego de coronarse en París y de llevar a cuatro la diferencia de trofeos de Master 1000 con Nadal, el serbio declaró: “Voy por todos los récords posibles, todos los que pueda batir. Nunca he tenido problemas para decir eso. Y es por eso que no les gusto a algunas personas. No pretendí ser como algunas personas... No decir que no es mi objetivo y luego comportarme de manera diferente. Siempre traté de ser coherente con lo que creo”.
Sin nombrarlo, Djokovic le respondió directamente a Rafael Nadal y dejó en claro que día tras día, busca elevar más la diferencia con el español.
Amistad imposible
Unos meses atrás, Novak Djokovic expresó claramente sus diferencias con el español al declarar para un medio italiano: “Es sólo un año mayor que yo. Los dos somos de Géminis. Al principio hasta íbamos a cenar juntos. Pero incluso con él la amistad es imposible. Siempre lo he respetado y admirado mucho. Gracias a él y a Federer crecí y me convertí en quien soy. Esto nos unirá para siempre; por lo tanto, siento gratitud hacia ellos. Nadal forma parte de mi vida; en los últimos quince años lo he visto más que a mi madre”.