Además de ser un talentoso actor, Benjamín Vicuña en reiteradas ocasiones ha demostrado que también se le da muy bien la escritura. Sin ir más lejos publicó un libro titulado “La niña que quería volar”, donde relata cómo ha sido su proceso interno para superar el fallecimiento de una hija.
Los aniversarios familiares suelen ser el momento donde Benjamín Vicuña saca a relucir su faceta de escritor, donde a través de sus redes sociales comparte un carrete de fotos añadiendo en la descripción un extenso escrito. Los cumpleaños de sus hijos por lo general acaparan todas las miradas por sus letras, pero en esta ocasión aprovechó su propio aniversario para contarlo como si fuese una historia de ficción.
La historia de Benjamín Vicuña
“Tal vez nos pasa a todos o es por oficio, pero a veces pienso en mi vida como una película” comienza el extenso y profundo relato que compartió el actor chileno por la llegada de sus 45 años, donde emparenta su propia vida con una ficción de cine o televisión.
“Creo que hasta ahora tuvo de todo, tal vez me sobreactúe en algunas partes, tal vez la música me quedó un poco triste, tal vez algunos textos y diálogos se repiten. Pero más allá de todo, estoy tremendamente orgulloso de la humanidad y corazón que tiene” continúa Benjamín Vicuña, confesando que ha sabido cómo superar complejos momentos con gran entereza.
Te podría interesar
“Personajes hermosos que volaron, antagónicos que se transformaron en secundarios, muchos figurantes y extras que no recuerdo sus nombres. Algunos minutos de más en escenas románticas y algunos de menos en la comedia que merezco para ser feliz y que todo sea menos grave” se lee en uno de los fragmentos más llamativos, donde Benjamín Vicuña ahonda en aquellas personas que, para bien o mal, entraron en su vida.
El actor chileno reconoce que el trayecto de su vida no ha tenido el complejo “arco narrativo de Rocky”, pero sí agradece el elenco que ha formado: su familia, amigos e hijos, y remarca que es lo más lindo e importante de su propia película a lo que no se atreve a ponerle un final.
Ya son 45 años, y lejos de los escándalos que supieron frecuentar en la vida de Benjamín Vicuña esto ha cambiado por completo, centrado en su familia y trabajos. “Una película que aún no tiene nombre pero que se pone cada vez más buena” esgrime el actor chileno en su escrito, y se podría resumir todo en una palabra que ha ganado terreno en la actualidad: resiliencia.