Más allá de su apreciada madera, el pino tiene múltiples usos medicinales debido a sus beneficiosas propiedades, motivo por el cual tener una planta en casa siempre resulta ser una gran idea.
Teniendo en cuenta esto, hoy vamos a compartir contigo el secreto mejor guardado de los jardineros, el cual nos enseña a cultivar una planta de pino a partir de una piña y mediante un proceso sumamente sencillo.
Lo primero que debes saber es que la clave del éxito para conseguir una planta de pino fuerte, sana y resistente se encuentra en la paciencia, ya que se trata de un proceso que lleva su tiempo.
Entonces, una vez que las piñas están lo suficientemente maduras las vas a colocar dentro de una bolsa y la vas a agitar. Ese accionar servirá para que las semillas ocultas en su interior se desprendan con facilidad.
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En este punto es fundamental comprobar el estado de las semillas y para eso vas a colocarlas a todas dentro de un vaso con agua. Solo las que permanezcan sumergidas con las que tendrán un crecimiento viable, mientras que al resto no prosperarán y, por ende, puedes desecharlas.
Siguiendo con el proceso, los jardineros aseguran que el pino necesita pasar por un periodo de frío para poder activarse y germinar. Ante esto, deberás colocar las semillas en un recipiente cerrado y guardarlas en la parte inferior del refrigerador.
Tras permanecer allí durante tres meses, tendrás que sacarlas y cultivarlas en macetas o recipientes individuales con agujeros de drenaje, no sin antes humedecerlas un poco para que esta humedad potencie su desarrollo.
Lo ideal es enterrarlas medio centímetro sobre la tierra, la cual debería estar combinada en partes igual con turba. Asimismo, tienes que humedecer bien el sustrato y colocar la maceta en un sitio bien iluminado para que la semilla pueda germinar.
Cuidado de la plántula
En la primera etapa del desarrollo de la planta de pino, es necesario que la tierra se mantenga siempre húmeda, pero después de la germinación solo tienes que aplicar riegos cuando el suelo esté totalmente seco.
Al mismo tiempo, será esencial que la plántula sea ubicada en un sitio donde reciba varias horas de sol por día. No obstante, si la cultivas en interior, puedes usar la iluminación artificial para que reciba la dosis que tanto necesita.
Finalmente, cuando las plántulas de pino tengan una altura de entre 15 o 20 centímetros, será momento de colocarla en una maceta un poco más grande o directamente trasplantarla hacia un sitio definitivo para que continúe con su crecimiento.