Novak Djokovic se consagró campeón del ATP Finals en Torino luego de barrer a Jannik Sinner por 6-3 y 6-3. El serbio, a sus 36 años, se encuentra en el punto más alto de una carrera sin fisuras. El número uno del ranking ATP participó en 13 torneos en la actual temporada de los cuales conquistó siete.
Ni la hostilidad del público, que al igual que cuando enfrentó a Holger Rune, apuntó contra el serbio, ni el gran nivel mostrado por el italiano Jannik Sinner pudieron doblegar el contundente juego de “Nole” que se quedó con la final prácticamente sin transpirar.
Una vez consumada la victoria, Novak Djokovic saludó a su oponente y lanzó besos al sector de la cancha donde se encontraban su esposa y sus hijos. Esta vez, el serbio no respondió a los agravios con gestos como sí ocurrió en el partido anterior, sin embargo tras los saludos de rigor el número uno del mundo lanzó un poderoso grito de desahogo apuntando contra las gradas.
Luego, ya más calmado, saludó a todos los integrantes de su delegación haciendo foco en su mujer, Jelena Ristic, y en sus pequeños Tara y Stefan. Con la nueva conquista, Novak superó a Roger Federer en la cantidad de títulos del torneo que cierra el año. El serbio, que sin dudar aseguró que está atravesando una de las mejores temporadas de su carrera, habló sobre lo mucho que disfruta de tener a sus hijos en las gradas: “Es una sensación irreal tenerlos cerca. Siempre quiero jugar bien frente a ellos. Era un sueño poder seguir en actividad con los niños teniendo consciencia de verme. Mis hijos me dan más fuerza”.
Firmó la paz
Luego del hostigamiento recibido de parte del público italiano y del grito de furia que les dedicó tras la consagración, Novak Djokovic firmó la paz y le dedicó unas palabras al público que lo abucheó durante todo el torneo: “Entiendo que Sinner era el crédito local, pero el apoyo que hay en Italia por este deporte es verdaderamente increíble”.