Explorar el enigmático universo de nuestros felinos amigos puede ser tan fascinante como desafiante. ¿Alguna vez te has preguntado qué trata de decirte tu gato cuando te lame o muerde? Si quieres saber porque realizan estas acciones has llegado al lugar correcto, hoy vamos a revelarte todos los secretos.
Nuestros gatos, a diferencia de los perros, a veces pueden ser un enigma en cuanto a su comunicación. Y es que, admitámoslo, descifrar el código gatuno no es tan sencillo como uno podría imaginar.
A continuación, aprenderemos a leer las señales que nos envían, interpretando sus gestos y movimientos. Después de todo, cada lamedura y cada mordisco llevan consigo un mensaje que, con paciencia y observación, podemos descifrar.
Razones por las que los gatos lamen y muerden
No hay una única explicación para interpretar el comportamiento de tu gato al lamer y morder y mucho menos cuando ambas acciones se combinan. A continuación, te detallaremos las razones de estos comportamientos que caracterizan a la especie felina.
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La lengua única de los gatos, compuesta por diminutas espinas de queratina, desempeña diversas funciones, desde la limpieza personal hasta la eliminación de enredos en el pelaje y la eliminación de suciedad.
Cuando un gato nos lame, especialmente cuando nos lame el cabello, está llevando a cabo un acto de acicalamiento, tratándonos como si fuéramos otro miembro felino. Esta conducta social positiva refleja un sólido vínculo con su amo y el deseo de hacernos sentir cómodos.
Además de ser un gesto de afecto, los gatos también lamen como respuesta a asociaciones aprendidas, puede significar que han descubierto que esta acción nos complace y genera caricias y afecto. Sin embargo, un exceso de lamidos, hasta el punto de volverse compulsivo, puede indicar estrés y ansiedad.
Al igual que los lamidos, los mordiscos pueden tener varios significados. Un mordisco de un gato enojado o asustado difiere significativamente de los mordiscos juguetones, aunque estos últimos pueden ser dolorosos.
Los mordiscos por juego suelen ser impulsivos y descontrolados, mientras que los de advertencia buscan poner fin a las molestias. Y los que buscan mostrar afecto son más controlados y repetitivos.
Cuando nuestro gato nos muerde, es posible que nos moleste e incluso nos duela. Si este sucede es crucial destacar que regañar al felino, ya que está expresando una conducta social, aunque no siempre nos resulte completamente placentera.
Lo más recomendable es interrumpir la interacción o las caricias inmediatamente después del mordisco. Al seguir esta pausa de manera consistente, con el tiempo, nuestro gato asociará el acto de muerte con el fin del juego o las caricias.
Simultáneamente, puedes para reforzar los comportamientos deseables elogiando al gato con un simple "muy bien" o recompensarlo con un premio. De esta manera, fomentamos conductas positivas y fortalecemos el vínculo con nuestro amigo felino de una manera constructiva.