Si en un buscador de internet introduces la frase “¿cómo fertilizar suculentas?” seguramente te encontrarás con un sinfín de resultados que incluyen opciones típicas de la jardinería como así también alternativas naturales sumamente beneficiosas.
Sin embargo, en esta nota vamos a plasmar el secreto mejor guardado de los jardineros para fertilizar las suculentas de la mejor manera, de tal forma que se mantengan prósperas y saludables.
En primer término debemos decir que, debido a sus riegos esporádicos que eliminan los nutrientes del suelo, estas plantas necesitan una buena fertilización, aunque es esencial emplear la mezcla correcta para evitar una sobrealimentación.
Entonces, si quieres nutrir tus plantas desde la raíz, lo primero que debes hacer es diluir un fertilizante soluble de bajo alcance, aplicando la fórmula 8-8-8 o 10-10-10, en 1 galón (3,81 litros) de agua.
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En este punto, los jardineros expertos recomiendan usar la mitad de la cantidad de fertilizante recomendada en el paquete. Es decir, si la etiqueta de un fertilizante 10-10-10 recomienda utilizar una cucharada por galón de agua, utilice sólo media cucharada. Incluso, para las que son tropicales, lo mejor será usar apenas un cuarto de fertilizante.
Posteriormente, deberás regar las suculentas con la solución de fertilizante diluido a la mitad hasta que puedas apreciar que el líquido comienza a drenar por los agujeros del fondo de la maceta.
Este abono, según los especialistas, debería darse en primavera, que es cuando inicia su fase de crecimiento, y luego a finales del verano o principios del otoño para que todas tus suculentas se mantengan siempre sanas y fortalecidas.
Sin embargo, durante la temporada de crecimiento activo de la planta, recomiendan regar semanalmente la planta con la solución a un cuarto de fuerza, procurando que el suelo se haya secado completamente en la parte superior de la maceta, para recién añadir el fertilizante. En caso de exceso de humedad, suspenda de inmediato el abonado.
Fertilizante casero
Si prefieres elegir una opción natural y mucho más económica, puedes elaborar un abono repleto de propiedades simplemente hirviendo durante 15 minutos una taza de lentejas. Cumplido este tiempo, vas a triturar los restos en una licuadora y tras filtrar obtendrás un líquido muy beneficioso para tus suculentas.
Esto se debe a que las lentejas aportan un gran contenido de fibra, pero también poseen calcio, fósforo, potasio, magnesio y zinc, que favorecerá a las suculentas a que crezcan y se fortalezcan sus raíces. Asimismo, las estimula para que absorban todos los nutrientes necesarios y, según sea la especie, se llenen de flores.
En el caso de este fertilizante casero, bastará con una aplicación semanal para conseguir que cada una de las suculentas de tu preciada colección se mantengan lozanas y crezcan correctamente.