Diego Schwartzman encontró un poco de aire en medio de una temporada repleta de sinsabores. El “Peque” consiguió una “wildcard” para disputar el Masters 1000 de Shanghai y no la desaprovechó. En primera ronda derrotó al francés Luca Van Assche, luego fue el turno del japonés Yosuke Watanuki y este lunes dio el gran golpe al vencer al estadounidense Taylor Fritz, número 8 del mundo por 6-4, 3-6 y 7-6.
En dos horas y 44 minutos, el argentino que se posiciona en el puesto número 130 del ranking, dio la gran sorpresa y obtuvo un triunfo que lo llena de confianza. El desempeño del “Peque” genera ilusión por el nivel del rival y por sobre todas las cosas, por el rendimiento mostrado en el match. El Masters 1000 de Shangai fue testigo de una versión de Schwartzman que parecía olvidada en el tiempo.
Luego del resonante triunfo, el argentino explicó en la transmisión oficial: “Creo que la merezco. Es lindo cuando confían en uno y te dan la oportunidad de estar acá jugando contra los mejores del mundo. Creo que desde Roland Garros mi tenis cambió, pude ganar al menos un partido en cada torneo excepto en US Open. Este no es mi año, por eso tener este tipo de torneos es muy importante para mí. Muy agradecido por la organización del torneo por la invitación”.
El “Peque” también precisó:“Tuve buenas semanas desde Roland Garros, perdí partidos contra jugadores top 10 y siempre en el tercer set. En este caso sentía en el fondo que podía ganarlo y que no se me iba a escapar. Creo que estaba jugando mucho mejor que yo en el segundo y tercer set, pero de la nada encontré la manera de volver”.
El sueño de la séptima
Tras el triunfo, Diego Schwartzman recibió el clásico pedido de firmar la cámara. Fue entonces cuando el “Peque” escribió con un fibrón: “Por la séptima Boquita”, en alusión a la final de la Copa Libertadores que enfrentará a Boca y a Fluminense el próximo 4 de noviembre. Schwartzman, reconocido hincha del Xeneize, sueña con que en la venidera final, el club de la rivera consiga finalmente el trofeo que se le negó sucesivamente en las finales del 2012 ante Corinthians y en 2018 ante River Plate.