En las cálidas tardes de mate, es esencial contar con el compañero perfecto, algo que complete la merienda. En este sentido, estos bollos tiernos y suaves se convierten en la elección ideal. El secreto de esta receta radica en la incorporación de la manteca como uno de los ingredientes principales, otorgándoles una textura y sabor inigualables.
Pero no es solo la manteca la gran protagonista de la receta, el proceso de leudado y amasado aseguran una masa esponjosa. Además, los cítricos y la vainilla añaden un toque aromático y exquisito que cautivará a tu paladar en cada bocado. Sigue leyendo y conoce los detalles de esta preparación que elevara tus tardes de mate a un nivel inigualable.
Ingredientes
Para el pre-fermento
- 370 ml de leche
- 20 g de levadura fresca
- 3 cucharadas de azúcar
Para la masa
- 700 gramos de harina
- 3 cucharadas de azúcar
- 120 g de manteca a temperatura ambiente
- 3 cucharadas de yogur
- 2 yemas de huevo
- Cáscara de limón
- Vainilla
- Una pizca de sal
- Mermelada para rellenar (opcional)
- Aceite para pincelar
- Azucar glas
Modo de preparación
Para comenzar debemos preparar el pre-fermento, también conocido como kvas. A diferencia de otros panes, a esta preparación la haremos en el mismo bol con la harina.
Te podría interesar
Colocamos toda la harina en un bol y realizamos un hueco en el centro. Allí añadimos los ingredientes del pre-fermento: 370 ml de leche tibia, 3 cucharadas de azúcar y 20 gramos de levadura fresca desgranada.
Rememos todos los ingredientes con una cuchara y tomamos solo 2 cucharadas de harina de toda la masa. Una vez que la levadura se desintegro en la leche dejamos reposar la mezcla durante unos 20 minutos.
Después de ese tiempo la levadura tiene que activarse y formar burbujas. Ahora ya podemos sumar el yogurt, la manteca pomada, las yemas, la sal, ralladura de la piel de limón, azúcar y un poco de esencia o azúcar de vainilla.
Mezclamos suavemente primero con una espátula y luego con la mano para poder formar la masa.
En este punto no es necesario amasar, solo hay que mezclar la harina y los ingredientes húmedos para que comience el proceso de creación del gluten. Despues tapamos la masa y dejamos reposar de 20 a 30 minutos.
Una vez que la masa haya reposado, podemos volcarla a la mesada y, sin añadir harina, amasarla durante unos 4 minutos hasta que el gluten se desarrolle bien y la masa quede suave.
Cuando tengamos un bollo liso y suave lo ponemos en un bol limpio y dejamos descansar una vez más, de 30 minutos a 1 hora, dependiendo la calidez de la cocina.
Una vez que haya duplicado su volumen, la volcamos sobre la mesada, esta vez espolvoreada con un poco de harina y la estiramos con las manos para luego dividirla en 24 partes iguales.
En este momento puedes elegir rellenar los bollos con una mermelada que te guste, nosotros utilizamos de damasco.
Ponemos una cucharadita de mermelada en cada cuadrado de masa, pegamos los bordes de la masa y le damos forma de bola.
El siguiente paso es engrasar un molde de 32 cm de diámetro con manteca y colocamos los bollos ya listos, uno al lado del otro.
Tapamos los bollos y dejamos reposar a temperatura ambiente durante unos 45 minutos. Este es el último leudado y ayudará a que queden bien esponjosos.
Antes de hornear los pincelamos con un poco de aceite y cocinamos en un horno precalentado a 180 °C durante unos 35 minutos, dependiendo de la potencia del horno.
Una vez listos, los retiramos del horno y pincelamos con un poco mas de aceite para ablandar la corteza. Tapamos y dejamos enfriar un poco.
Para terminar la receta espolvoreamos con poco de azúcar glas y listo, ya tenemos unos deliciosos bollos dulces para acompañar el mate.