En el día de hoy queremos hablar sobre la lavanda, una de las plantas aromáticas mas elegidas para decorar el jardín. Es un arbusto silvestre de la familia de las Lamiaceae que contiene unas sesenta especies.
Lo bueno de esta planta es que requiere de simples cuidados para crecer fuerte y hermosa, además no solo puedes plantarla directamente en el la tierra, también pues ponerla en macetas. La lavanda atrae muchas abejas, mariposas y colibríes, por lo que tu jardín puede convertirse en un lugar muy colorido.
Dentro de las propiedades principales, esta planta regenera células, tienes acciones antiinflamatorias y es cicatrizante. Su parte útil son las flores y el aceite esencial que se obtiene por arrastre de vapor de la planta.
La lavanda es antiespasmódica, estimulante circulatoria, antibacteriana, analgésica, carminativa y antidepresiva. Es perfecta para combatir el insomnio ya que tiene efectos relajantes, ansiolíticos y sedantes.
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Si quieres cultivarla en tu casa, debes tener en cuenta cuales son los cuidados principales para que crezca de la mejor manera.
Cuidados de la lavanda
Primero que nada, debes saber que florece a fines de la primavera y al comienzo del verano. Necesita un sustrato alcalino o, lo que es lo mismo, con un pH elevado. Tambien debes evitar que el suelo se compacte, el agua tiene que drenar bien.
Si la colocas en maceta necesitará tener un diámetro de entre 30 y 40 centímetros y debe tener huecos en el fondo o ser de un material que le permita drenar sin problema.
Es una planta que necesita de mucho sol directo, no tolera la sombra. Si quieres asegurarte de que crezca grande y frondosa tienes que ubicarla en un lugar donde reciba sol, al menos durante seis horas diarias.
En cuanto al abono, a diferencia de otras plantas, no es necesario abonarla, ya que al ser un arbusto silvestre no exige demasiado en cuanto a la calidad del suelo y un exceso de fertilización puede provocar que su floración pierda su potente aroma característico.
Para mantener su floración activa hay que cortar las flores que estén secas, esto es importante para no restarle energía a la planta. También se recomienda hacer una pequeña poda que no supere la mitad del tamaño de la planta.
Es importante que esto se realice al comienzo de la primavera o en la llegada del otoño, antes o después de la floración, no debes podar cuando esta floreciendo.
Por otro lado, es una planta que soporta las sequias, de igual manera hay que regarla. En caso de que la tengas en maceta, los riegos deben ser mas abundantes que si la tienes en la tierra.
Para regar la lavanda durante los meses de frío, hay que espaciar los riegos a lo largo del día para que a la noche sus raíces todavía puedan guardar humedad. En cambio, en los meses de calor, lo ideal es un riego regular una vez a la semana, siempre y cuando el sustrato esté seco antes de hacerlo.