Salma Hayek es una de las actrices más reconocidas y talentosas de la industria del cine, por ese motivo su presencia nunca pasa desapercibida en los eventos de trascendencia mundial a donde suele acaparar la atención de todos los presentes, como sucedió recientemente.
Sucede que Salma Hayek fue una de las tantas estrellas que brillaron con luz propia en la última entrega de los Globos de Oro, aunque en esta ocasión la originaria de Coatzacoalcos, Veracruz, se adueñó de muchas miradas por su increíble look y su inmutable figura a los 56 años.
Lo que ocurre es que la famosa actriz se vistió de gala para asistir al Hilton de Beverly Hills,en California Estado Unidos, convocada por la Asociación de la Prensa Extranjera de Hollywood para ser una de las encargadas oficiales de presentar una categoría durante la ceremonia.
Entonces, tras desfilar por la red carpet del distinguido evento, la protagonista de "Frida" comenzó a recibir elogios desde distintas partes del mundo por su majestuoso vestuario, aunque apelando a su sentido del humor, desde su perfil de Instagram dejó en claro que tuvo un gran ayuda para verte tan bonita.
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"Desearía poder decirles que llegué en un avión desde Europa, me desperté así y fácilmente me puse un vestido, pero en realidad, se necesitó un hermoso ejército de hábiles soldados para prepararme para la última alfombra roja."
En las imágenes que la mexicana compartió en su perfil se la puede ver despampanante luciendo un glamuroso vestido de color nude con corte de sirena, ajustado al cuerpo y con escote en forma de corazón.
Si bien para muchos se trató de una mala elección por tratarse de un diseño que evoca a la época de los años 20, para la mayoría se trató de un vestido sumamente elegante, acorde a la ocasión y que además le permitió exhibir su bella e inalterable figura.
Se ganó el corazón de los mexicanos
Con la mirada del mundo puesta en esta importante ceremonia de la industria del cine, nadie pasó por alto que mientras posaba para las cámaras en la alfombra roja, Salma llevaba consigo una caja de un caramelo de pulpa de tamarindo muy popular de su país natal.
Fue tal el revuelo que se desató en las redes sociales al ver a Salma Hayek disfrutando de este dulce que cuesta 50 centavos de dólar, que inmediatamente se convirtió en tendencia y el cariño y los elogios de sus compatriotas mexicanos, quienes resaltaron el valor que le da a sus raíces incluso en un evento tan lujoso como los Globos de Oro.