La clemátide es una planta que pertenece a la familia de las Ranunculaceae y las mismas suelen ser muy utilizada para decorar, jardínes, terrazas, pérgolas o cualquier espacio en el que puedan enredarse. Esto es así porque las mismas son ideales para cubrir superficies verticales y embellecerlas con sus hermosas hojas y flores coloridas.
La clemátide o clematis es una planta originaria de Inglaterra, pue allí la misma crece de manera silvestre, por eso es importante saber que los cuidados que necesita son mínimos, aunque indispensables ya que con estos la misma podrá crecer sana y fuerte, dándole un toque único a la decoración de tu hogar.
Las flores de la clemátide llegan a principio de la primavera y hasta finales del verano, las mismas cuentan con colores hermosos que van desde el blanco hasta el morado, pasando por el rojo e incluso el rosa, por lo que llenarán de vida cualquier espacio en el que las coloques, además las mismas poseen un delicioso aroma, el cual se asemeja al del jazmín.
Para plantarla es importante tener en cuenta que se le debe proporcionar una superficie vertical para que la misma pueda trepar a medida que crece, si este es adecuado la planta podría llegar a alcanzar los 5 metros de altura. Si no contas con un jardín y querés colocarla en un balcón se puede cultivar en maceta, pero hay que tener en cuenta que la misma debe ser grande y alta, además de contar con un buen drenaje y la mejor maceta es la de barro, ya que las de plástico pueden recalentarse en el verano y así dañar las raíces.
Por otro lado es importante que si se coloca en un terreno la misma debe tener un espacio suelto y aireado, además deben contar un drenaje adecuado para evitar los encharcamientos. Si se coloca en maceta es importante tener tierra fresca y no calcárea, rica en nutrientes y con fibra de coco y perlita.
Otros cuidados
Esta planta no es demasiado exigente en cuanto a la iluminación natural, le gusta estár en pleno sol pero también se puede cultivar tranquilamente en espacios de semisombra. En cuanto al abono es una gran opción, sobre todo cuando se coloca en inicios de la primavera y hasta finales del verano que es cuando florecen. Es importante recurrir siempre a fertilizantes de tipo orgánico, los cuales son más naturales, dentro de ellos los más recomendados son el humus de lombriz o el compost.
Por último el riego de la clemátide es uno de los puntos más importantes ya que esta planta necesita de un ambiente muy húmedo para estar bien. En los primeros tiempos es muy sensible a la falta de agua, por lo que se debe regar frecuentemente en lo posible entre 1 y 3 riegos semanales.