La actriz Araceli González dio detalles inéditos de cómo es un agosto en su casa. Este mes no es cualquier mes del año, pues la famosa tiene doble motivo para celebrar y como todos los años, lo piensa festejar a todo lo que da.
Este mes los dos hijos de la actriz, la luz de su vida, cumplen años. Florencia y Tomás pronto llegarán a casa para reunirse con toda la familia y Araceli González espera sorprenderlos con una importante fiesta, la cual ya empezó a preparar, pero le falta algo clave, que los dos confirmen la fecha.
“Cuando se viene el cumple de los chicos, lo que hago es poner flores en mi casa, arreglarla divina, porque para mí, agosto es un mes maravilloso. Mis dos hijos nacieron en agosto. Tomás el 17 y Flor el 19.”
Araceli advirtió que durante esta semana la casa va a estar en un proceso constante de preparación. Entre las tareas pendientes, está el colocar flores, arreglar los muebles, almohadones. La actriz quiere que su casa esté linda para poder recibir a su familia y que todos estén muy cómodos.
“Ya que trabajan tanto, tenemos que ver, qué día lo hacemos, pero creemos que lo vamos a hacer al mediodía ¿O no hijos? ¡Hijos! ¿Me pueden confirmar?”
La razón por la que Araceli González no puede salir de casa
La casa en la que vive Araceli con su esposo, Fabián Mazzei, es un lugar soñado, muy amplio y rodeado de naturaleza. Pero esos privilegios también tienen algunos puntos en contra. La actriz es fans de las cotorras. Ellas usan los eucaliptos que bordean su casa, en primavera, para hacer sus nidos y empollar sus crías.
A pocas semanas de que empiece oficialmente la primavera, estas aves ya comienzan a asentarse en los árboles, pero a Araceli esto la estresa y mucho, pues ama las cotorras y no quiere que esta ave les haga daño o que se acerque a sus perros o gatos en la casa. El tema es que tiene que organizar la fiesta de sus hijos y debe salir, por lo que el asecho de esta criatura no la deja salir tranquila.
Esta ave depredadora que vigila a estos otros animalitos, está atenta, para que a la primera de cambio, los pueda atacar. Eso la mortifica tanto, al punto tal, que llegó a odiar esa ave. Su presencia rondando la casa, la pone muy nerviosa, de hecho, contó Araceli González, que un día intentó llevarse uno los hijos de sus canes.