Anne Heche protagonizó hace menos de una semana un accidente automovilístico que le provocó graves quemaduras. Finalmente, el 12 de agosto se confirmó su fallecimiento en Los Ángeles.
Sin dudas la muerte de Anne Heche conmocionó a todo Hollywood y el hecho trascendió más allá de las fronteras estadounidenses. Pero si bien su partida fue dolorosa, su vida también lo fue.
Quizás varios recuerdan a la actriz por su participación en “Seis días y siete noches” y “Donnie Brasco” junto a estrellas de la talla de Harrison Ford o Johnny Depp en plena década de los 90.
Pero lo cierto es que estas películas solo lograron llevarla a la fama, dejando de lado la tortuosa vida que Anne tuvo que atravesar desde pequeña rodeada de una familia que se encargó de hacerle la vida más dura de lo pensado.
Su padre Donald Heche, era un pastor bautista que supo aprovecharse de ella cuando era niña, y de la peor manera que nos podamos imaginar. La propia actriz contó de manera cruda y directa la relación que mantuvo con él en su libro "Call Me Crazy".
Por otra parte, el propio Donald fue uno de los primeros diagnosticados de SIDA en los Estados Unidos, debido a las prácticas que desempeñaba por ese entonces, las cuales se relacionaban directamente con esta enfermedad.
La oveja blanca
Luego de la muerte de su padre en el año 1983, su madre se volcó directamente en contra de las personas con estas inclinaciones y eso la llevó a pelearse con Anne en el momento que blanqueó su relación con Ellen DeGeneres.
Esta situación, no solo distanció a Anne Heche de su familia por completo, dado que sus hermanos se también cortaron todo tipo de relación con ella. No obstante, la actriz logró reconstruir los lazos con una de sus hermanas luego de 20 años.