El 28 de junio de 1997 en Las Vegas, ocurrió uno de los momentos más insólitos en la historia del boxeo, los icónicos mordiscos de Mike Tyson a las orejas de Evander Holyfield se grabaron a fuego en la historia del deporte. Mike Tyson se transformó en uno de los boxeadores más temidos del planeta.
Esa noche en Las Vegas se disputaba la revancha de la pelea en la que Evander Holyfield había vencido a Tyson en 1996, Mike “Iron” Tyson, que estaba recién salido de prisión, iba por la venganza que lo llevase nuevamente a la cima del mundo del boxeo. Por aquel entonces las peleas en las que Tyson participaba no pasaban del tercer round, Mike golpeaba fuerte y certeramente, llevaba una serie de victorias por KO, entre ellas, algunas de las más rápidas de la historia.
La recordada pelea del mordisco fue anunciada como “The sound and the fury” (El sonido y la furia). Los primeros rounds, en contra de lo que se creía en un comienzo, fueron para Holyfield. Mike Tyson estaba bajo el dominio de Evan cuando no soportó más y decidió atacar a su oponente de la manera menos pensada, Tyson mordió la oreja derecha de Holyfield arrancándole un pedazo de cartílago para luego escupirlo al suelo.
Lo correcto hubiera sido descalificar a Mike Tyson, pero increíblemente, sólo se lo penalizó con la pérdida de dos puntos, al reiniciarse la pelea Mike volvió al ataque, esta vez mordió y arrancó un pedazo de la oreja izquierda del pobre Holyfield. Tyson fue descalificado, el ring se transformó en una pelea masiva en la que Mike buscaba enceguecido a Holyfield y todo terminó en un gran escándalo.
Las diferentes versiones de los hechos
Para Mike Tyson su reacción fue por un simple enojo por los cabezazos que Holyfield le propinó durante la pelea y que el árbitro ignoró. Otras versiones indican que Mike Tyson tenía todo premeditado, al revisar las cintas de la pelea se detectó que Tyson salió a disputar el tercer round sin su protector bucal, sabiendo bien que es lo que iba a ser. Para la prensa, el accionar de Tyson se debió a la impotencia que le generaba saberse perdedor ante Holyfield.
Las versiones sobre lo ocurrido aquella noche de 1997 fueron muchas, más allá de cuál haya sido el motivo por el cual Mike Tyson atacó salvajemente a Evander Holyfield, la pelea revancha entre Tyson y Holyfield marcó un antes y un después en la historia del boxeo.