Desde tiempos remotos en el mundo se conocen curas caseras para males comunes y sencillos de resolver. La automedicación nunca es lo recomendable, pero para sobreponerse a molestias menores o simplemente fortalecer el sistema inmunitario y ganarle el terreno a posibles enfermedades, existen plantas medicinales a las cuales se puede recurrir con confianza.
La naturaleza puso al alcance algunas plantas que a lo largo del tiempo han demostrado ser de gran eficacia para aliviar la dolencia humana y animal. Se trata justamente de estas plantas medicinales, que la industria farmacéutica emplea en la fabricación de remedios comerciales.
Hoy te acercamos una pequeña lista de plantas medicinales que se pueden cultivar en el jardín y que por sus características resultarán muy beneficiosas para la salud.
Romero
La Salvia Rosmarinus, conocida más popularmente con el nombre de Romero, es una hierba aromática originaria de la zona mediterránea. Desde tiempos antiguos se la utiliza como condimento y como planta medicinal.
La historia narra que:
A los antiguos faraones de Egipto se les depositaba un ramillete de Romero sobre la tumba para perfumar y acompañar el viaje al más allá.
El Romero es un buen estimulante de la circulación. Por sus componentes antioxidantes, tiene efectos fortalecedores para la concentración y la memoria. También es un buen diurético, por lo tanto, favorece el control de la hipertensión arterial.
Es una hierba muy resistente y fácil de cultivar, tanto en tierra como en maceta. Solamente requiere un especial cuidado en cuanto al riego, que debe ser moderado, ya que el Romero no resiste el exceso de agua. Precisa abundante luz natural y en lo posible se sugiere evitar que le den las corrientes de aire.
Menta
La menta es una hierba aromática muy empleada en la gastronomía y en la medicina natural, gracias a sus propiedades descongestionantes, estimulantes y antisépticas.
Se puede consumir como ingrediente en la cocina o en infusiones. Se la emplea especialmente como expectorante para tratar los trastornos respiratorios. Tiene propiedades antitusivas, analgésicas y antibacterianas.
Su cultivo es fácil de realizar tanto en suelo como en maceta. Se propaga por trasplante de brotes o raíces. Es una planta medicinal muy invasiva por lo que requiere de podas regulares. Necesita abundante luz solar, directa o semisombra.
Ajo
El cultivo de esta planta medicinal es muy sencillo, se puede efectuar en huerta, o en maceta. Cuando los ajos se cultivan dentro de la cocina, se desarrollan en un microclima que permite que se cosechen durante todo el año. Se pueden cultivar los dientes de ajo que empleamos para cocinar, si están brotados mucho mejor.
Es importante saber que todas las partes del ajo son comestibles.
Solo requieren algo de sustrato con nutrientes y al comienzo del cultivo un riego muy moderado para evitar que los dientes se pudran.
Según un artículo publicado en Fundación Salud y Alimentación:
Distintos estudios científicos han demostrado que los nutrientes del ajo reducen el porcentaje de lípidos en sangre y, por lo tanto, puede tener efectos preventivos contra los cambios ateroscleróticos de los vasos sanguíneos.
El ajo tiene efectos antifúngicos, antibacterianos y anticoagulantes.
Albahaca
Esta maravillosa planta medicinal originaria de la India, es una hierba aromática muy empleada en la cocina por su particular aroma y sabor. Pero no solamente es rica en nutrientes alimenticios, sino que también tiene efectos antibacterianos y antiinflamatorios.
Mejora la digestión, combate el insomnio, la fatiga y la ansiedad.
Se puede cultivar en suelo o en maceta y resulta muy práctica cuando se la tiene a mano en la cocina. Unas hojitas frescas de albahaca dan un toque de sabor y distinción a la comida.
Aloe Vera
La suculenta Aloe Vera es el equivalente a un botiquín de primeros auxilios para el hogar.
Esta planta medicinal contiene en el gel del interior de sus hojas componentes que actúan como un eficiente antiséptico, antibacteriano, con propiedades antiinflamatorias y analgésicas.
Se la emplea para tratar problemas de la piel, quemaduras, ya que posee excelentes propiedades hidratantes.
Como toda planta suculenta, se adapta con facilidad a diferentes tipos de suelos. Requiere riegos moderados y abundante luz natural. Es sensible a las heladas, por lo que se recomienda en invierno protegerla o colocarla a resguardo en el interior.
Estas plantas medicinales te serán de mucha utilidad para aliviar y prevenir enfermedades, y también como ingredientes en la cocina para incorporar sus nutrientes a una alimentación saludable y equilibrada.