Sin lugar a dudas, Latinoamérica se vio atravesada por el programa humorístico de origen mexicano llamado “El Chavo del 8”, el cual se convirtió en una historia de culto en varios países.
Incluso en la Argentina aún hoy, a más de 50 años de su emisión, todavía se siguen repitiendo los mismos capítulos de “El Chavo del 8”, quien sigue vigente en las nuevas generaciones.
La creación de tal éxito tiene como responsable a Roberto Gómez Bolaños, humorista y cineasta nacido en México, que le dio vida al rol protagónico, junto al resto de los personajes que completan el elenco.
Pero si bien la historia se centra en el humor, lo cierto es que el contexto que rodea a cada uno de los protagonistas puede entenderse dentro de cierta melancolía dramática.
Tal es el caso del propio “Chavo” quien, sin muchos más datos, es un pequeño niño que vive en un barril y del que se desconoce su procedencia.
A modo de ampliar la historia de su personaje, el propio Bolaños escribió un libro llamado “El Diario del Chavo del Ocho” en el que da mas detalles de la difícil vida de su personaje.
En primera persona
En dicho “diario” Bolaños relata la vida de “El Chavo” en primera persona, complementando la historia de vida que la serie no muestra.
En ese sentido, el propio personaje cuenta que “yo antes pensaba que nunca había tenido un papá. Pero luego mis amigos me explicaron que eso no era posible. Lo que pasó fue que yo no conocí a mi papá. O sea que nomás se acostó y se fue” comentado parte de su familia.
Asimismo, el “Chavo” asegura que “a mi mamá sí la conocí, pero nomás tantito. Como ella tenía que trabajar, todos los días me llevaba a una casa que se llamaba guardería, y ahí me la pasaba yo hasta que mi mamá regresaba después a recogerme”.
Según el relato, su madre parece que nunca lo tuvo muy en cuenta y en algunas ocasiones, se ha llevado a otro niño en vez d a su propio hijo. Eso repercutió en que, de un momento a otro, nunca más fue a buscarlo por lo que el “chavo” pasó a un orfanato.
Allí su vida tampoco fue fácil. La cuidadora lo maltrataba por lo que abandonó el lugar y se fue a deambular por las calles.
“Un día iba yo por otra calle que no conocía, cuando empezó a llover mucho. Entonces me metí a una vecindad. Y desde entonces he vivido ahí “manifestó el “Chavo del 8”, dando inició esta particular historia.