Quizás hayas oído hablar del árbol milagroso, el árbol de la vida o el árbol del aceite de ben, estos son algunos de los nombres con los que se conoce a la Moringa.
Este árbol es originario del norte de la India, pero también se lo encuentra en Asia, África y América del Sur. La Moringa Oleífera es de rápido crecimiento, puede llegar a medir hasta 12 metros de altura.
Se ha empleado durante siglos por sus propiedades medicinales, especialmente en la medicina ayurveda, ya que gracias a sus componentes resulta muy beneficioso para la salud.
Tiene efectos antiinflamatorios, antioxidantes, antimicrobianos y protectores hepáticos.
Del árbol de Moringa se aprovecha casi todo, hojas, frutos, flores y semillas.
La única excepción son los tallos de sus raíces, que resultan tóxicos para el consumo humano.
Más de la tercera parte del contenido de las semillas es aceite de alta calidad, rico en ácidos grasos insaturados. Por su alto contenido en aminoácidos, muchos lo consideran un superalimento.
El árbol de Moringa se utiliza para tratamiento y purificación de aguas.
También se lo cultiva como un recurso para la fabricación de biodiésel de alta calidad, lo que hace que hoy se lo investigue en varios países del mundo.
Es muy empleado como abono para la agricultura por sus propiedades nutrientes y fungicidas. Y como forraje para ganado vacuno, ovino, porcino o avícola, demostrando excelentes resultados en el incremento de la producción de leche.
Cómo consumir Moringa
Lo más frecuente es el uso de la Moringa en polvo, ya que se puede emplear como un ingrediente sin que cambie el sabor de las comidas; añadiéndolo en platos cocidos o preparaciones crudas.
Las hojas de Moringa se pueden utilizar en ensaladas, tienen un particular sabor picante. Son ricas en proteínas completas, aminoácidos y vitamina C. Poseen un alto potencial antioxidante.
Las vainas de Moringa también son comestibles, tienen un sabor suave similar al de los espárragos y resultan muy tiernas al paladar.
Té de Moringa en hoja
Utilizar dos o tres cucharadas soperas de Moringa por cada litro de agua.
Hervir por 8 minutos y colar.
El té de Moringa se puede beber frío, tibio o caliente. Lo ideal es tomarlo entre comidas para lograr el máximo de sus efectos hidratantes y nutritivos.