Baby Etchecopar es uno de los conductores más desafiantes de la televisión. Su humor ácido y sin miedo a decir lo que piensa ante las cámaras o los micrófonos, han sido la base de su carrera profesional marcando un estilo propio.
Pero en lo personal, la vida supo golpear a Baby Etchecopar en varias oportunidades. Una de ellas fue la muerte de su esposa Adriana Paz hace cinco años atrás, con quien el conductor había formado una familia por más de treinta años.
Por ese entonces, el conductor había asegurado: “mi vida terminó el día que murió ella y no tengo ganas de rehacer nada”; dando cuenta del dolor que sentía tras el hecho.
Sin embargo, el presagio de Baby no se hizo realidad y el amor volvió a golpear a su puerta. Un tiempo después conocería a otra mujer que le devolvería las ganas de vivir y de construir un nuevo futuro.
Se trata de Silvina Cupeiro, hija del recordado piloto de Turismo Carretera Jorge Cupeiro, quien fue el artífice de que ambos se conocieran.
Luego de algunos años de relación y tras haber atravesado la pandemia juntos acoplando sus familias (ella es madre de tres hijos al igual que él), hoy el conductor pasa un gran momento desde lo afectivo.
Presagio de boda
“Es la alegría de mi vida, me devolvió las ganas de vivir. La pasé muy mal después de la muerte de mi mujer, estuve mucho tiempo de viudo y, la verdad, un hombre solo no es el estilo de vida que me gusta”; aseguró el periodista.
En tanto, la relación se fue asentando con el tiempo e incluso en la actualidad, Baby Etchecopar y Silvina Cupeiro analizan la posibilidad de confirmar su amor ante el altar