En el último tiempo el famoso cuadro que pintó Leonardo Da Vinci llamado La Gioconda, fue noticia luego de que salieran a la luz algunos nuevos datos sobre la mujer que retrató el artista, como así también sobre el supuesto sitio en donde fue realizado después de numerosas investigaciones y experimentos.
Sin embargo, en las últimas horas, la obra más famosa del mundo cobró protagonismo luego de que un visitante del Museo de Louvre, tuviera una inesperada reacción contra la pintura, aunque afortunadamente las autoridades del lugar tomaron una serie de precauciones para resguardar a La Gioconda.
Si bien no existe aún un comunicado oficial por parte del museo ubicado en París, de acuerdo a los trascendidos mediante las redes sociales se supo que un joven disfrazado de anciano llegó hasta allí en silla de ruedas y luego se puso de pie para lanzarle a la obra un pedazo de pastel.
Por suerte, la pintura no llegó a dañarse ya que se encuentra cubierta por un cristal reforzado, pero el joven que atentó contra la obra del renacentista italiano apareció en numerosas imágenes y videos justificando su accionar con un mensaje ecologista.
De igual manera, pese a sus explicaciones, el muchacho fue detenido rápidamente por la policía y el personal del salón de inmediato procedió a limpiar el vidrio, ante la conmoción del resto de los visitantes que quedaron sorprendidos por el atentado, teniendo en cuenta que el hombre tuvo que hacer más de tres horas de fila para llegar a su objetivo final.
En conclusión, pese al susto que se llevaron los trabajadores del famoso museo, la obra cuyo valor ronda aproximadamente los 2.5 billones de dólares, no sufrió ningún daño tras este último ataque y sigue siendo exhibida en su interior para la alegría de los visitantes.
Uno más y van
La agresión que recibió el cuadro de La Mona Lisa en las últimas horas no sería el primero, ya que anteriormente, el 1956 un hombre le lanzó ácido dañando su parte inferior. Luego, a fines de ese mismo año, un pintor boliviano le tiró una enorme piedra provocando un pequeño daño al óleo.
Seguidamente, en 1974 una mujer le arrojó pintura roja sin perjudicarla y en 2009 una visitante rusa, a la que le habían denegado su ciudadanía francesa, le arrojó una taza de cerámica comprada en la tienda del museo.
En conclusión, pese a las numerosas agresiones, las autoridades del Louvre se las han ingeniado para mantener a La Gioconda en el mayor resguardo posible, optando por implementar cristales sumamente reforzados y a prueba de balas.