Desde tiempos inmemoriales, el perro, ha estado presente en el desarrollo del ser humano. Si bien conocemos que no tienen la capacidad de comprender el mundo como nosotros, si es sabido, que pueden replicar diferentes costumbres, interpretar algunas rutinas, las cuales están obviamente condicionadas e inducidas por quienes cuidamos de ellos.
Ahora bien, a diferencia de los perros y cualquier otro animal en el mundo, el hombre es el único que por su condición de ser pensante se encuentra atado al tiempo.
Almanaques y relojes conviven en nuestras casas, propios de una concepción temporaria creada por la sociedad. Está claro, que una mascota no tiene la capacidad de interpretar un dispositivo horario con el mismo nivel de eficacia que lo haríamos nosotros al observar un reloj y poder agendar una alarma.
Tampoco será capaz de entender lo que nosotros conocemos como pasado, presente o futuro, dado que eso también es propio de nuestra mente.
Lo único relativo al tiempo que nos iguala con cualquier otro animal es la posibilidad de percibir los cambios de luz y clima a lo que se somete el planeta de manera cíclica.
Es por ello, que si bien los perros no tienen el detalle del paso del tiempo como los seres humanos, si son capaces de interpretar estos cambios horarios propios del planeta y generar costumbres acorde a las personas que los rodean, comprendiendo en que franjas del día sucederán determinados eventos como salir a pasear, reclamar comida, o simplemente dormir una siesta.
Entrena su reloj biológico
Para lograr que tu perro comprenda en qué momentos del día, debe estar más predispuesto para distintas actividades como comer, salir, jugar o bañarse, debes ser tú quien capte su reloj biológico y al igual que hacemos con los bebés para adaptarlos de a poco a nuestros usos horarios, deberás tomarte ese trabajo con tu fiel amigo para lograr habituar sus rutinas a tus costumbres y que ambos disfruten con mejor energía cada momento.