El origen de los sueños son aún una gran incógnita, y con el paso del tiempo, el ser humano ha querido a través de cientos de estudios tratar de entender su origen y su importancia. Desde los egipcios que sostenían que allí radica la comunicación con los dioses, hasta autores como Julio Cortázar que lo describieron como un limbo entre dos mundos, el ser humano sigue obsesionado con dilucidar este misterio de nuestra naturaleza.
Esto ha motivado a la ciencia a invertir tiempo y recursos con el objetivo de lograr una interpretación de los sueños, y aunque hoy, no exista una respuesta concreta, sobre este suceso varias ramas de la psicología han realizado su aporte a comprender el enigma.
Ahora bien, para tratar de ganar claridad, en los últimos años, la ciencia se ha esforzado por intentar comprender los sueños lúcidos, esos en los que uno es consciente de lo que está soñando. La característica de estos sueños a diferencia de los “tradicionales” son los momentos de conciencia que tenemos sobre ellos, siendo común darse cuenta que uno está soñando; lo cual permite a un gran número de personas lograr control sobre algunos aspectos de los mismos.
Por supuesto, hay algo que cambia en el cerebro cuando una persona tiene un sueño lúcido. Existe una teoría que sostiene que mientras en un sueño convencional una gran parte del cerebro se apaga, en un sueño lúcido lo que ocurre es todo lo contrario, sobre todo en las áreas de la corteza frontal, las cuales están relacionadas con la vigilia, toma de decisiones y capacidad de ejercer metaconceptos.
Una tarea para nada sencilla
Si investigar los sueños convencionales es difícil, tratar de entender los lúcidos debe ser una tarea casi imposible de realizar, esto es así porque la persona que se está estudiando debe tener un sueño lúcido justo cuando está en el laboratorio, además debe acordarse de realizar la marca que le piden los investigadores.
Para Laberge los sueños son el medio ideal para descifrar la conciencia, a diferencia de Freud que sostenía que se expresan los deseos del inconsciente.
Para conseguir este tipo de sueños se puede entrenar, de hecho este científico creo unas técnicas a las que denominó como Inducción Mnemotécnica de los sueños lúcidos, las cuales consisten en llevar un diario de sueños, acostarse pensando que quiere soñarse y repetir gestos en el día para verificar la realidad.
No existe un método que asegure que estos sueños puedan lograrse, pero la realidad es que hay varios ejemplos que demuestran la gran potencia que tienen, de hecho Paul McCartney escribió la canción “Yesterday” gracias a un sueño lúcido. El músico soñó con una melodía, la cual al otro día tocó en el piano y la grabó para no olvidarla, luego de corroborar que no existiera dicha melodía, ya que para él, la había escuchado en algún lugar.