La Aloe Vera es una de las plantas preferidas de la gran familia de las Suculentas. De ella hemos hablado en reiteradas notas, pero jamás nos cansaremos de nombrar sus muchas virtudes.
También conocida con el nombre de sábila, acíbar o áloe de Barbados, la Aloe Vera, es una de las 500 aloes que pertenecen a la familia de las Asphodelaceae.
Es originaria de la Península Arábiga, pero por su gran poder de adaptación y sus múltiples beneficios, esta planta se ha propagado por muchas regiones de climas tropicales, semitropicales y áridos de todo el mundo.
La Aloe Vera tiene hojas perennes, carnosas, triangulares y con bordes dentados, en su interior contiene un gel transparente compuesto por agua, aminoácidos, lípidos, esteroles y vitaminas.
Esta magnífica esencia gelatinosa de la hoja es muy utilizada para productos cosméticos, en tratamientos de la piel y también para la fabricación de bebidas energéticas.
Es frecuente la presencia de Aloe Vera en los jardines o patios de las casas y también pero en menor medida, en los interiores.
El Feng Shui aconseja que:
Las plantas que tengan hojas alargadas, con espinas o pinches, es mejor colocarlas en el exterior de la casa.
De esta forma cumplen una doble función: la función decorativa, ya que serán vistosas en jardines, patios, balcones y terrazas. Y la función de protección, porque al ubicarlas cercanas a puertas y ventanas, protegerán las energías del hogar.
Para aprovechar todos los beneficios que la planta ofrece, te acercamos el paso a paso para que puedas elaborar el gel casero y natural de Aloe Vera, que será de mucha utilidad para tratar quemaduras, eccemas, hidratar y prevenir arrugas e irritaciones en la piel.
Elaboración paso a paso de gel casero
Ingredientes
- Hoja de Aloe Vera
- Cuchillo
- Cuchara
- Vaso
- Frasco o cubetera
- Agua
Evita regar la Aloe Vera cinco días antes de usarla.
- Corta una hoja de las más grandes, externa y cercana a la base de la planta.
- Déjala reposar de un día para el otro, con la base cortada hacia abajo, en un vaso con un poco de agua. Esto hará que drene la aloína, que dejará el agua oscura al día siguiente.
- Enjuaga bien las hojas y con cuidado de no lastimarte, abre la hoja con un elemento filoso, cortando la punta y los costados con espinas. También puedes cortar en trozos la hoja para pelarla más fácilmente.
- Corta la capa superior de la hoja como si pelases una fruta, tratando de no desperdiciar nada del gel.
- Retira el gel con la cuchara y vuélcalo en un frasco para batirlo con una minipimer o licuadora. Recuerda batir solo unos segundos para que el gel mantenga su consistencia gelatinosa.
- Para conservarlo, lo ideal es verterlo en una hielera y mantenerlo congelado hasta el momento de utilizarlo.
Puedes aplicarlo directamente sobre la piel para desinflamar, hidratar y cicatrizar heridas. Muchas personas recomiendan su uso para tratamientos capilares.
Deseamos que puedas disfrutar de los múltiples beneficios que la Aloe Vera te ofrece en este gel casero, producto natural de tu jardín.