A la hora de reproducir tus plantas existen varias formas a tener en cuenta, más allá de poner una semilla en la tierra. Una de las más comunes es la realización de esquejes.
La técnica de esquejes consta en cortar un gajo de la planta a duplicar y volverlo a replantar. Con ello, te aseguras tener una copia genética exacta de la plata madre.
Pero el éxito no siempre está garantizado dado que antes, hay que tener en cuenta algunas variables para que la reproducción se pueda mantener a lo largo del tiempo.
Acá te vamos a dejar algunos tips para que puedas duplicar cualquier tipo de planta y realizar los esquejes de manera exitosa.
El corte
Lo primero de todo es elegir la planta. Cabe destacar que no todas las especies son reproducibles mediante esquejes. Luego, será necesario realizar el corte utilizando tijeras de podar puntiagudas.
Para ello, elige tallos relativamente nuevos y maduros de la planta madre, así como también la longitud del mismo. Los cortes son de 8 a 10cm para plantas perennes y de 15 a 30 cm para arbustos.
Prepara los tallos
Antes de que empiecen a salir las primeras raíces, será necesario preparar el esqueje. Retira las dos terceras partes de las hojas bajas y algunas de la punta. También será necesario sacar los botones florales, dado que se llevarán la mayor cantidad de nutrientes y en este paso, los necesitamos para lograr las nuevas raíces.
Enraizamiento
Una vez preparados, se deben colocar en agua de 3 a 4 horas. Se puede nutrir el líquido con algún tipo de fertilizante a base de agua para acelerar el proceso. Luego, se debe sumergir la parte inferior en un enrraizador de hormonas o casero.
De ahí, el próximo destino es la tierra. Se debe introducir de 2.5 a 5 cm para que las primeras raíces aparezcan. Los primeros días es recomendable mantenerlos lejos del sol directo y regalos con agua rica en nutrientes. Puede ser común que en los primeros días muestren signos de deshidratación.
Algunas consideraciones
Si bien la técnica de esquejes es de las más comunes, no todas las especies de plantas son aptas para su reproducción bajo esta metodología.
Por otra parte, el proceso tiene que ver con la prueba y el error, dado que no todas alcanzarán la finalidad deseada.
Los árboles son los más difíciles de duplicar, pero plantas como las suculentas. Aquellas que retienen agua en sus hojas como los geranios o la lavanda son las más aptas para reproducirlas mediante la técnica de esquejes.