Resulta difícil imaginar una alimentación sin la presencia del tomate. Por su sabor particular y su vivaz colorido es un ingrediente indispensable en la gastronomía.
El tomate es el fruto de la planta Solanum lycopersicum, originaria de América Central y Norte de Sudamérica. Según datos históricos:
Los aztecas ya utilizaban el tomate en sus comidas hace más de 2.500 años, lo llamaban xictomatl que en lengua náhuatl, significa 'Ombligo de fruta de agua'
La Solanum lycopersicum fue introducida en Europa como planta ornamental, pero a partir del siglo XVII las personas comenzaron a consumir su fruto como alimento.
En la actualidad, el tomate en sus diversas variedades, se cultiva en todo el mundo. En general se lo emplea como vegetal en guarniciones, ensaladas, salsas y platos salados, pero con este fruto también se hacen dulces.
El alto contenido en vitaminas A y C, y en minerales como el potasio, el fósforo y el magnesio, más la presencia de antioxidantes, hacen del tomate un alimento ideal para:
- Mejorar la circulación sanguínea.
- Proteger la vista
- Evitar el estreñimiento
- Cuidar la piel
Cultivando los mejores tomates
Si vas a producir tus tomates a partir de semillas, lo ideal es realizar la siembra en primavera.
Las semillas pueden ser compradas o retiradas de un tomate.
Si las retiraste de un tomate fresco, deberás dejarlas secar durante tres días.
Transcurrido ese tiempo, puedes sembrarlas en un semillero para que germinen con un buen sustrato humedecido (colocar dos o tres semillas juntas porque solo algunas de ellas brotarán).
A los 15 días tendrás pequeños plantines. Déjalos que crezcan hasta que alcancen una altura de entre 10 y 15 cm antes de trasplantarlos. Los expertos aconsejan que:
Es importante que el plantín tenga al menos, tres hojas y el tallo fuerte.
Este proceso puede llegar a durar hasta un mes. Es fundamental no apresurar el trasplante, para lograr el buen desarrollo y crecimiento del tomate.
Cultivo a partir de los plantines
Una vez que el plantín está lo suficientemente crecido y fuerte como para ser trasplantado a tierra o maceta, procederemos de la siguiente forma:
- Prepara sustrato húmedo, enriquecido en una maceta profunda que tenga buen drenaje.
- Haz un hoyo en el centro de la maceta a una profundidad acorde con las raíces del plantín.
- Coloca la planta de tomate con sumo cuidado para no dañar sus raíces y tallo.
- Cubre con más sustrato y afirma cuidadosamente la tierra a su alrededor para fijar bien la planta.
- Coloca un tutor sin dañar las raíces y sujeta con un precinto para guiar correctamente el crecimiento de la planta de tomate.
- Procura que las hojas no toquen la tierra.
- Realiza un riego periódico y moderado.
Las horas de sol son cruciales, ya que determinarán el crecimiento y la madurez del tomate.
Esta planta, se debe proteger de las bajas temperaturas, pues las mismas detienen su crecimiento.
Es importante recordar que el Solanum lycopersicum, precisa que su sustrato esté siempre húmedo y con un buen abono de compost orgánico, para que la planta crezca saludable y nos ofrezca sus mejores y más sabrosos tomates.