Empieza el otoño y nos preparamos para la época de frío a la espera de próxima primavera. Para que el césped llegue de la mejor manera, se deben seguir ciertos cuidados a fin de que llegado el momento de crecimiento tenga las condiciones necesarias para ello.
Durante la etapa más fría del año, nuestro césped entra en lo que se conoce como dormancia, momento en el que detiene su crecí emito hasta el momento que llegue la primavera nuevamente.
Si bien este proceso es natural dado su carácter cíclico, sus cuidados en los tiempos de temperaturas bajas marcaran la pauta para el nuevo inicio a mediados de septiembre. Acá te dejamos algunos puntos a tener en cuenta.
Aireación
Airear la tierra brindará una mejora en las raíces y evitará la conformación de plagas y enfermedades para el césped. Para ello es necesario mediante una herramienta manual o una máquina a motor.
Se recomida realizarlo alejado de las épocas de precipitaciones pero asegurando una buena humedad en el piso para su desarrollo óptimo.
Corte vertical
Para ello es necesario disponer de una máquina con cuchillas paralelas afiladas, la cual será la encargada de realizar el corte vertical del césped.
Con este proceso, se eliminarán los estones largos en pequeños pedacitos que entrarán en la dormancia, pero conservando la mayor cantidad de nutrientes.
Fertilización con fósforo
La fertilización con fósforo ayudará a mejorar el sustrato y promover el crecimiento de las raíces. Comúnmente se las conoce como “startes” o arrancadores.
Vestir el suelo
Esto se trata de colocar una capa fina de arena sobre el césped a fin de cuidar la tierra y aumentar su permeabilidad. Se aplica al voleo y se utiliza particularmente la arena dado que no contiene ni semillas ni malezas además de mantener su estructura evitando que se compacte.