En materia de asado son múltiples las versiones que arrojan la mejor manera de cocinar los diferentes cortes de carne y achuras en la parrilla y sin dudas que los chinchulines son uno de los que más debate provoca, teniendo en cuenta no solo su proveniencia sino también los gustos de cada comensal.
Sucede que, aunque a algunos pueda resultar desagradable comer las tripas del animal, para otros es una entrada fundamental a la hora de degustar un buen asado. Por ese motivo, de acuerdo a lo publicado en el sitio “Vinomanos”, repasamos los puntos claves que hay que tener en cuenta para obtener como resultado los más ricos chinchulines.
Es que según los especialistas consultados, sobre gustos no hay nada escrito, pero en base a su experiencia recomiendan que lo primero es prestar atención al momento de elegir una buena achura, ya que debe ser una tripa fresca, con buen color donde el interior debe ser marrón claro, mientras que la grasa debe ser lo más blanca posible.
Al mismo tiempo, de manera unánime coinciden que al momento de prepararla para lanzarla a la parrilla lo conveniente es dejarla con un poco al menos de la grasa para que aporte mayor sabor.
Por otro lado, también hicieron referencia a la importancia de dejarlos en remojo unas horas antes o mejor aún algunos prefieren hervirlos en leche con una hoja de laurel y cáscara de limón por una hora, lo que hará que tras la cocción en la parrilla queden sumamente tiernos.
Por último, en el tema cocción pesa el gusto de cada uno, pero una de las recomendaciones es que si decidiste tiernizarlos van a la parrilla vuelta y vuelta para que queden crocantes. En caso contrario, estas achuras se cocinan lentamente entre una hora y media o dos y luego se los ubica en una zona con fuego fuerte para dorarlos.
Sin coincidencia
Por otro lado, lo que costó mucho en materia de cocción de esta deliciosa achura es llegar a un acuerdo sobre si ingresan a la parrilla con sal y limón o se les agrega posteriormente y en conclusión depende del gusto de cada uno.
Asimismo, dejaron a libre albedrío la elección de la forma con la que se los echa al fuego, ya que algunos optan por trenzarlos, otros en largas tiras e incluso hay quienes prefieren cortarlos en trozos pequeños.
Lo cierto es que como cada asador tiene sus trucos y estrategias elegirá la manera que le resulte más cómoda y satisfactoria a la hora de lucirse ante los comensales con sus deliciosos chinchulines.