Cuando se piensa en una planta que vista con elegancia un ambiente, la primera de la lista es una hiedra. No en vano, en la antigua Grecia la usaban para decorar el tirso (bastón) y las coronas de los dioses.
La belleza de la hiedra o Hedera helix, radica sobre todo en la forma de sus hojas, que son simples, lustrosas, coriáceas, de un color verde oscuro.
Lo curioso, es que esta enredadera tiene, en la misma planta, dos tipos de hojas diferentes, las que corresponden a sus ramas floríferas, que son simples, y las del resto de la planta, que son muy lobuladas.
Esta trepadora es nativa de los bosques de Eurasia y norte de África, pero luego se extendió por todos los continentes.
La hiedra tiene un rol fundamental dentro de la ecología, ya que sus frutos y néctar son el alimento de aves e insectos, quienes a su vez propagan sus semillas, asegurando la subsistencia de la hiedra y de las diferentes especies animales que viven gracias a ella.
Sus frutos son pequeños y oscuros, resultan tóxicos para el consumo humano.
Es una planta que jamás pasa inadvertida, luce hermosa cuando cuelga con sus vistosas hojas desde una maceta, en un rincón de la casa, o cuando trepa por un muro.
Cuidados y reproducción de la hiedra
La hiedra es una planta que se adapta con facilidad a los diferentes ambientes y suelos, resulta sencilla y de fácil mantenimiento. Pero si deseamos que luzca siempre hermosa hay que garantizarle unos mínimos cuidados.
Luz
Requiere una buena iluminación, de preferencia con luz indirecta, ya que los rayos de sol pueden quemar o amarillear sus hojas.
Riego
Es una enredadera que necesita que su sustrato esté permanentemente húmedo. Su riego debe ser regular, evitando el encharcamiento. Lo aconsejable es de dos a tres veces por semana, durante las épocas de más calor y una vez por semana durante el invierno.
Sustrato y Abono
Prefiere los suelos ligeramente ácidos, aunque se adapta con facilidad a otros tipos de sustrato. Se recomienda un abono anual durante la primavera, para favorecer su mayor crecimiento.
Poda
La hiedra necesita una poda periódica para eliminar hojas y ramas que estén secas. También una poda anual para favorecer el crecimiento y fortalecimiento de sus ramas y follaje.
Reproducción por esqueje
La forma más sencilla de reproducir una hiedra es utilizando el método de esquejes. El momento ideal es cuando se realiza la poda de la trepadora.
- Corta (en diagonal) de la planta madre, unos tallos de aproximadamente 10 cm, que tengan uno o dos nudos, conserva las hojas superiores que tiene el esqueje.
- Prepara una maceta pequeña con sustrato húmedo y planta el esqueje.
Antes del mes esta hermosa hiedra enredadera habrá echado raíces y estará en condiciones de ser trasplantada a tierra, cerca de un muro. Quizás tendrá la suerte de colgar elegantemente desde una maceta, decorando el interior de tu hogar.