Finalmente, a casi un año de su muerte, la familia real británica ha podido despedir y rendir homenaje al duque de Edimburgo, fallecido el último 9 de abril.
La ceremonia se realizó el pasado martes 29 por la mañana, en la Abadía de Westminster, en Londres. Más de 600 invitados y representantes de casas reales europeas, pudieron acompañar a la familia real británica para homenajear al duque de Edimburgo.
Los motivos de semejante demora, fueron sin duda debido a los protocolos por la pandemia que han dificultado la organización de la ceremonia. Pero no todos los miembros de la familia real han estado presentes durante el homenaje.
La ausencia que posiblemente más haya dolido a Isabel II, es la de su nieto, el príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, ya que los duques de Sussex no asistieron y permanecieron en California.
El hijo menor de Diana Spencer o Lady Di, como se la recuerda más popularmente, interpuso una demanda judicial contra el Ministerio del Interior de su país, porque le retiraron la seguridad personal y ya no tiene protección policial.
A partir de ese momento, solo viajó para el sepelio del príncipe Felipe de Edimburgo el año pasado, y actualmente dice no sentirse seguro para viajar con su esposa e hijos a Londres.
Otra de las grandes ausencias ha sido la de Sarah Fergurson, la exesposa del príncipe Andrés. Aunque se comenta que, según el protocolo real, ya no le correspondería ocupar ese sitio y debería dejarlo libre para que sea ocupado por otro miembro de la familia real británica.
Las que si estuvieron presentes fueron sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia.
Algunos medios comentan que más allá del protocolo:
la duquesa de York, Sarah Fergurson, ha sido invitada por la reina en varias ocasiones, pero ha rechazado dichas invitaciones.
Un acuerdo entre las damas
En la familia real británica hay conflictos como en todas las familias, las ausencias o las diferencias que han tenido algunos miembros, adquieren notoriedad y terminan haciéndose públicas. Pero cuando se trata de acordar ciertas pautas de homenaje, las damas se ponen de acuerdo.
Al parecer, en algún momento de los últimos años de su vida, el príncipe de Edimburgo dejó en claro que no quería que en sus funerales se vistiera con un luto tradicional, sino con el color verde que inspiraba su sentimiento militar.
Motivo por el cual, tanto su esposa Isabel II, la duquesa de Cornualles y la reina Letizia, concurrieron a la misa vestidas de un tono verde oscuro para rendir homenaje y satisfacer los deseos del duque de Edimburgo.