El Kalanchoe, en sus más de 120 variedades, es una planta crasa o suculenta, que tiene hojas verdes y carnosas donde almacena el agua. Sus flores son coloridas inflorescencias en tonos amarillos, naranjas y rojos.
Cuando se encuentra en buenas condiciones ambientales y nutricias, el Kalanchoe puede florecer antes de la primavera.
Es una planta sencilla y fuerte, requiere mucha luz solar.
Si se encuentra en el interior del hogar, es conveniente que esté cerca de una ventana, pero evitando que los rayos solares le den de manera directa, porque el efecto lupa de los cristales quemará sus hojas.
Para que puedas disfrutar de estas hermosas plantas en tierra o maceta, te acercamos estos tips de cuidados y una guía de indicaciones para que puedas reproducir tus plantas y poblar todo el jardín.
Cuidados del Kalanchoe
Suelo
El suelo del Kalanchoe debe tener un buen drenaje, ya que esta planta precisa que el sustrato esté permanentemente húmedo, pero sin encharcamiento.
Un buen sustrato es el que se utiliza para cactus, o puedes prepararlo de la siguiente manera:
- 20% de arena gruesa
- 20% de arena fina
- 40% de compost o turba
- 20% de perlita o vermiculita
Riego
Como comentamos anteriormente, el Kalanchoe es una planta crasa que almacena bastante agua, pero que necesita que su sustrato esté húmedo, por eso el riego debe ser regular, dependiendo la época del año.
Reproducción
Es sencillo reproducir el Kalanchoe por esqueje, y así multiplicar la cantidad de plantas, solo tienes que seguir los siguientes pasos:
Corta los esquejes de 5 a 7cm aproximadamente.
Retira las hojas inferiores, dejando solo dos o tres hojas superiores en los tallos.
Sumerge en agua un tercio del tallo y controla cada tres días el agua, de ser necesario cámbiala por una limpia.
Espera a que sus raíces crezcan.
Trasplanta a macetas pequeñas con sustrato flojo y cuidando de no dañar sus raíces.
Teniendo estos simples cuidados, podrás lucir tus plantas de Kalanchoe con todo su esplendor, tanto en el jardín, en un balcón o en el interior de tu casa.