El aceite de oliva es uno de los alimentos que por sus atributos proporciona numerosos beneficios a la salud humana, como resultado de su elevada densidad nutricional. Por ello, es que ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares y contribuye a reducir los riesgos de padecer Alzheimer.
Por su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados, (ácidos oleico y linoleico respectivamente), el aceite de oliva ayuda de manera considerable a elevar los niveles del colesterol bueno (HDL), disminuyendo así el colesterol malo (LDL). Así, los componentes naturales de este superalimento actúan de manera eficaz sobre las células.
Entre sus variados usos, mezclado con mirra y aloe, o bien con otros productos de fórmulas magistrales, el aceite de oliva sirve para crear compuestos de purgas lavativas y es beneficioso para la vesícula biliar y el hígado.
Además, y como si esto fuera poco, el aceite de oliva al igual que muchos de los otros alimentos que encajan dentro de la categoría de "superalimentos", ayuda a mejorar el sistema inmunológico y a prevenir el envejecimiento.
Si lo consideramos para incorporar en una dieta, como todo alimento, debe estar acompañado o complementada con algún ejercicio. En todos los casos, siempre es recomendable la guía de un profesional en salud y nutrición para un equilibrio adecuado.
Otros "Superalimentos"
El término "Superalimentos" data de 1915, cuando el diccionario de Oxford lo define oficialmente como aquellos alimentos que por su poder nutritivo ayudan y benefician a la salud y el bienestar del cuerpo humano.
Estos tipos de alimentos lo integran: Moringa, Maca, Equinácea, Chlorella, Quinoa, Arándanos, Chia, Goji, Reishi, Espelta, Stevia, Spirulina, Lino y hasta la Leche de coco.
Estos superalimentos, como lo es el aceite de oliva, cuenta con compuestos antioxidantes que fortalecen, en efecto, el sistema inmune. También son ricos en fibra, minerales y vitaminas A y E.