Desde tiempos remotos el ser humano ha sabido aprovechar los recursos que vienen del suelo, y con ellos ha ido construyendo su alimentación y su medicina natural. El Jengibre o Zingiber officinale o kion, es uno de los ejemplos más claros de la medicina tradicional asiática.
La planta puede llegar a medir hasta 2 metros de alto, posee largas hojas y flores de color púrpura. Por pertenecer a la familia de las zingiberáceas, el jengibre posee un tallo subterráneo o rizoma horizontal, muy apreciado por su particular sabor picante y también por su aroma. Este rizoma es justamente la parte de la planta que se utiliza.
El Jengibre desde hace más de 2.000 años se viene usando por sus múltiples propiedades. Para los antiguos chinos era una planta milagrosa.
Si observamos sus muchos beneficios, entenderemos porque logró imponerse en la actualidad.
La raíz de jengibre se puede consumir fresca, seca en polvo, como condimento, en forma de aceite o como jugo.
- Investigaciones médicas concluyen que la raíz de jengibre es un efectivo tratamiento contra las náuseas, tanto las provocadas por los transportes, como las producidas por el embarazo. Se puede masticar directamente un trocito crudo, o en caramelos o pastillas.
- La decocción del rizoma se emplea para tratar afecciones gastrointestinales, ya que sus compuestos fenólicos ayudan a aliviar la irritación y estimulan la producción de saliva favoreciendo la digestión de los alimentos.
- Provoca la estimulación circulatoria del flujo sanguíneo, por eso está considerada como un alimento afrodisíaco natural.
- Tiene un gran efecto antiinflamatorio que reduce el dolor muscular.
Consejos prácticos para conservar el jengibre:
Al comprar el jengibre fresco, conviene seleccionar el rizoma que tenga la piel lisa y luego conservarlo en la heladera dentro de una bolsa plástica. Antes de consumirlo hay que pelarlo o rallarlo.
Incorpora este gran alimento a tu dieta, utilizándolo como condimento para tu cocina o simplemente para preparar deliciosas infusiones frías o calientes. Te acercamos esta sencilla receta para hacer un té, que seguramente podrás combinar con otras especias y así crear tus propias bebidas.
RECETA DE TÉ DE JENGIBRE
INGREDIENTES
Medio litro de agua
Un bulbo de tamaño mediano
Opcional cucharada de miel y limón
PREPARACIÓN
Poner a hervir el medio litro de agua, pelar y cortar en finas rodajas el jengibre y agregarlo al agua dejándolo a fuego lento cocinar unos 20 minutos. Una vez apagado el fuego, dejar reposar unos minutos y añadir la miel y el limón, a gusto.
Deseamos que disfrutes de esta exquisita bebida caliente o fría, y que comiences a incorporar a tu dieta, las maravillosas propiedades del jengibre.