A principios del milenio, Felipe de Borbón era un príncipe soltero y el principal heredero a la corona española.
Eso le valía una reputación codiciada por muchas aspirantes al trono. Pero la vida iba a poner en el camino de Felipe de Borbón a una persona especial.
Corría el año 2002 y como parte de la nobleza española, el príncipe debía asistir a un encuentro que reunía a empresarios y periodistas. Ese momento cambiaría su vida para siempre.
Como parte de los invitados, se encontraba una conductora de TVE, su nombre era Letizia Ortiz y el destino quiso que se siente uno al lado del otro. Así comenzaron a dialogar y la química entre ellos, a fluir.
Pasó un tiempo, hasta que se volvieron a encontrar en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias de ese año.
Hasta ahí, la cuestión solo iba de saludos y formalidades entre ambos. Pero llegó la primera y Felipe se dispuso a accionar.
Consiguió su número de teléfono y decidió llamarla. De ahí en adelante, Felipe y Letizia comenzaron a formar parte de una relación clandestina.
Así, se veían a escondidas hasta que por la presión mediática no lograron sostener más el secreto. Además, la noticia tenía su condimento, dado que ella era una plebeya, la cual ya había contraído matrimonio tiempo atrás.
Para el 2003, nuevamente en la entrega de los Premios Príncipe de Asturias, se mostraron juntos por primera vez.
En mayo del 2004, se casaron por iglesia, incluso sin contar con la aprobación de la reina Sofía ni del rey Juan Carlos, quienes se oponían al noviazgo de su hijo.
Pese a todo, continuaron adelante y fueron padres de Leonor de Todos los Santos de Borbón y Ortiz, su primera hija y de Sofía, la segunda.
La coronación
En el año 2014, en medio de causas de corrupción, el rey Juan Carlos se hizo a un lado del trono y le dejó el lugar a su hijo.
Obviamente, él asumió el reinado español, acompañado de su esposa Letizia, quien finalmente se convirtió en la reina consorte.
Así, el futuro de Letizia Ortiz y Felipe de Borbón se encaminó a la delicada tarea de cambiarle la cara a un reinado que venía de estar cuestionado por la opinión pública.