Un estudio publicado por el diario "El Cronista" en el 2017, afirmó que en Argentina, por año, se produce más de 14 millones de toneladas de basura y de esta colosal cifra, el 14% son plásticos. ¿Pero, vos sabías que estos desechos plásticos, dañinos para el organismo de cualquier ser vivo, y que habitualmente al respirar lo inhalamos en micropartículas que nos afectan de manera directa?
Una nueva investigación de la Universidad de Columbia Británica, dada a conocer por el canal National Geographic, develó que, al cuerpo del ser humano vuelven los desechos plásticos. Esto se produce por medio del consumo de alimentos, al beber agua o lo que es más preocupante, al respirar.
La muestra del estudio científico se realizó en Estados Unidos y Canadá. Según reveló la fuente, en el estudio se estima que una persona en Estados Unidos puede llegar a recibir en su organismo, alrededor de 39.000 y 52.000 partículas de microplásticos.
¿Qué son microplásticos? Explicado por los científicos, son microscópicos trozos de plástico lo suficientemente pequeños que hasta podrían flotar en el aire y que eso nos ingrese al organismo al respirar.
"Aquellos que consumen agua embotellada ingerían una cantidad adicional de 90.000 microplásticos al año, en comparación con los 4.000 que ingieren los que consumen solo agua del grifo."
El impacto en el organismo tras ingerir microplásticos
De acuerdo con una investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científica de España (CSIC), los microplásticos hallados en el agua, la comida y el aire, producto de deshechos residuales generados por el ser humano, “reduce la diversidad de la microbiota presente en el colon de los humanos”.
El impacto negativo sobre el cuerpo humano es mucho más grave de lo que se podría creer, conforme lo dio a entender la publicación científica de National Geographic. Todo indicaría que el consumo de los microplásticos, también conocidos como Tereftalato de polietileno (PET, siglas en inglés), destruye las bacterias buenas para el organismo humano. En consecuencia a lo anterior, se incrementa el número de microbios que pueden llegar a atentar contra la vida de las personas.
"Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta, los resultados obtenidos plantean que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud."
Por estas razones, a partir del estudio realizado por la Universidad de Columbia Británica y analizado por el CSIC, es importante generar conciencia no solo sobre el daño que le hacemos al ecosistema, sino también a la salud de los seres humanos quienes ya hasta corremos riesgos de absorber en nuestro organismo los microplásticos, al beber, comer o al respirar.